Antonio F. Marín: Alianza de civilizaciones del Tinell

17 de enero de 2008

Alianza de civilizaciones del Tinell

No sé quién va a ganar las elecciones, pero sí sé quién las ha perdido: el PP. Y por eso coincido por una vez con Fraga cuando dice que la ausencia de Gallardón les va a hacer perder muchos votos al PP. Cierto. La derecha tenía la oportunidad de regenerarse tras el Aznarato, pero va a seguir en manos del carcamal de Losantos que parece que se ha comprado el partido, como Polanco y Cebrián se compraron al PSOE. Está España no escarmienta jamás. Prefieren que gane el PSOE antes que Gallardón (éste es el político más valorado en España, según
las encuestas). Y se pueden presentar otros alcaldes, como la de Cartagena, menos el de Madrid. Así que tendremos Zapatero para muchos años y a mí me viene bien porque como comentarista de actualidad el muchacho de León y su palanganero Pepiño Blanco (el de la lista electoral que huele a “Busco a Jacks”), son una joya pues te escriben el artículo todos los días y te lo ponen a huevo.
Como también te lo pone la vicepresidenta, doña Urraca del Gobierno, cuando nos notificó hace unos días que no tolera tutelas de los obispos españoles, ninguna, aunque la Alianza está integrada por países como Irán cuyos clérigos lapidan a las mujeres o condenan a los homosexuales a ser arrojados por un barranco metidos en unos sacos con objeto de que mueran despeñados (El Mundo 12.01.2008), que es una actitud tan civilizada que merece el honor de figurar con metopa en la Alianza de Civilizaciones de nuestro prohombre; de las alianzas que establecen “cordones sanitarios” del Tinell entre los españoles, mientras pretende aliar civilizaciones de todo el mundo.
Es que hay clérigos y clérigos, o sea, clérigos que matan y clérigos que no matan y si no matas a nadie, si no eres terrorista, si no ahorcas homosexuales no eres nadie para Zapatero, un mindundi que no merece su respeto, ni su consideración, ni su diálogo, ni la libertad de expresión, ni el derecho a la manifestación en la calle. Tanto matas, tanto vales.
Aunque no hay que angustiarse porque esto de la Alianza de Civilizaciones nos suena mucho a aquello otro tan algodón de azúcar como el hermanamiento de los pueblos, el hermanamiento de las ciudades que se suele oficiar entre alcaldes ociosos de varios países con besamanos, frote de napias interculturales, intercambio de regalos, “unión de lazos entrañables” y, hasta más ver, si te he visto no me acuerdo.

Mobusi