Antonio F. Marín: La España insultona y con mala baba

19 de enero de 2008

La España insultona y con mala baba

Estábamos clausurado el foro de la Alianza de Civilizaciones que iba a evitar el terrorismo islamista cuando unos cuantos integristas eran detenidos en Barcelona por pertrecharse con material para atentar en España pese a que somos los más aliancistas, chachi piruli, y además habíamos salido corriendo de Irak pues es sabido que enseñar el culo es la forma más correcta de mostrar respeto, acatamiento y sumisión. Lo hacen los perros y no sé por qué no hemos de hacerlos nosotros, más civilizados.
Así que mientras nuestro prohombre del Tinell enlazaba con el pegamento del talante el “hermanamiento de los pueblos”, los islamistas se estaban armando para “unir lazos entrañables” a base de bombas. Es que son unos desagradecidos con nuestro Rodríguez que con su alianza les ha
tendido la alfombra roja y ellos le han respondido con bombas para asesinar españoles. La letra con bomba entra. Desprecian el talante, el diálogo y los dátiles de nuestro benemérito presidente que cuando era niño soñó con angelitos tocando el arpa en medio de nubes de algodón y paz mundial.
Cosas que pasan, joder, como que unas feministas se autoinculpen de haber abortado para solidarizarse con los que trituran niños de ocho meses antes de tirarlos a la alcantarilla, mientras yo me autoinculpo de no pagar impuestos y a ver qué pasa. Qué listo que es Calixto.
Ista, ista, ista; Zapatero feminista.
Aliote, aliote; maricón el que no bote.
Qué nivelazo intelectual, oye, en esta España chula flamenca y bravucona “pa’ chulo yo”, sabe usted, que me autoinculpo ante el juez "a ver si tiene cojones" a hacerme algo en el mejor estilo de la España castiza de “no tienes huevos”; la España insultona de doña Urraca de la Vega que ofende hasta cuando informa en el Consejo de Ministros, es decir, la España negra de Solana interpretada a garrotazos entre las babas de Juan José Millas, Bermejo, LLamazares y Maruja Torres, sin ánimo de señalar, que supuran roña, odio y destilan halitosis de cieno y alcantarilla, es decir, la ideología cerril e ignorante del cursiprogre con sabor a coño sucio y pescado rancio. A polla con crema requesón muy guarra. A lavanda española de Gabilondo y del GAL; a la España siniestra de los informativos franquistas de Juan Luis Cebrían y la castrista que fusila de Llamazares.

Mobusi