Es así de sencillo: una imagen velada y unos pechos atisbados apenas en downblouse,  dicen más que unas tetas sueltas y al aire libre. Al menos para los perversos fetichistas, claro, para los reprimidos que no nos conformamos con lo obvio, con lo palmario,  y queremos ver los entresijos a la media luz de un resquicio. En política no hay sutilezas y más que un pícaro downblouse lo que se suele ofrecer es el despelote con lorzas de club de carretera.  
Así que  Rajoy se ha despelotado y   se presentará a la reelección en el congreso de junio,  y es seguro que lo elegirán  de nuevo porque ni Gallardón ni Esperanza  ni Rato,    tienen posibilidades frente al aparato. Allá él y ellos. Joe Rigoli y su "yo sigo" nos hizo gracia hace ya siglos, pero en política el empecinamiento se paga; se paga la tozudez de seguir   pese a que  las encuestas de los medios digitales, tanto de El País como del Mundo,  revelan que la inmensa mayoría de
 los encuestados quieren que Rajoy  ceda los trastos. Y lo han pedido también los columnistas Sánchez Drago, Raúl del Pozo o Luis María Ansón.   No han tardado en despelotarse ni un segundo más allá del recuento electoral. 
Dicen: es que Zapatero ha ganado porque lo han votado los de IU y ERC, pero no se percatan de que es Rajoy el que los ha empujado a votar a Zapatero  porque si él no estuviera (o estuviera Gallardón, por ejemplo) hubieran votado a su partido de siempre y el PP habría ganado las elecciones. Es Rajoy el que los asusta y los  empuja a votar a Zapatero. 
Hay otros que rectifican, por ejemplo el diario El País,  cuando dice que "Zapatero ha cometido errores, y en abundancia".   Y nos alegramos  de que lo reconozca aunque    cuando   yo lo decía por aquí  me  tachaban de fascista e intolerante de derecha extrema. Pero  lo dice El País y no pasa nada. Escalofriante.
 

