Antonio F. Marín: Educación para la cursiprogresía: teníamos razón

5 de marzo de 2008

Educación para la cursiprogresía: teníamos razón

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha reconocido el derecho a la objeción de conciencia en Educación para la Cusiprogresía, basándose en las doctrinas del Tribunal Constitucional y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que reconoce el derecho de los padres a que se respeten las convicciones religiosas y filosóficas, en la educación de sus hijos. Nada que objetar.
La sentencia considera que una cosa es enseñar filosofía y otra adoctrinar a los niños con tus ideas porque eso, aunque tú no lo sepas, es fascismo autoritario. O comunismo totalitario, me da igual. Podrían haberla hecha optativa y que los padres eligieran, como la religión, pero lo suyo es
amedrentar, adoctrinar e imponer por la fuerza sus ideas a los demás. No pueden reprimirse. Es superior a sus fuerzas. Es la genética fascista que impone y no puede soportar que haya alguien que no piense como ellos.
Yo siempre he ejercido la objeción de conciencia dando patadas en los huevos a los hijos de puta que han querido decirme qué he de pensar, qué he de hacer, que he de escribir o qué he de creer. Empecé muy joven y me expulsaron de dos institutos cuando estaba el dictador Franco vivo y fusilando, que tenía más mérito.
Pero me alegro que a partir de ahora no haya que recurrir a las patadas en los huevos y que por fin la justicia exista y evite la violencia. Es así de sencillo, aunque los cerriles burriciegos no lo entiendan. Da igual; un tonto tampoco entiende el Principio de Arquímedes y sin embargo flota.

Mobusi