Las pruebas de ADN han confirmado que el ciudadano austriaco que mantuvo oculta a su hija en un sótano durante 27 años, tuvo con ella 7 hijos tras violarla y torturarla. Un relato espeluznante de la realidad que no llega a imitar al arte, según el aforismo, porque el arte se queda siempre al borde. El marqués de Sade no llegó a tanto. Pero no nos engañemos: este "buen salvaje" es fruto de la sociedad, de una educación católica represiva y de una sociedad materialista. Espero que los que odian el delito pero se compadecen del delincuente, comiencen cuanto antes
la rehabilitación social de este "buen salvaje" que, probablemente, no es responsable de sus actos porque según las últimas noticias que nos han traído de parte de la ciencia, la conciencia no existe y sólo es producto de las neuronas químicas, pues ni la conciencia ni el alma son reales y tan sólo son química. Eso nos ha venido recalcando el divulgador científico Eduardo Punset.