La administración de Justicia está colapsada y los funcionarios llevan ya dos meses de huelga, pero el ministro Bermejo "cara de suegro", pide que voten si van a los huelga los que no quieren ir a la huelga. "Hay tongo", dice el señor Bermejo porque no se toma en cuenta para seguir en huelga los votos de los que no quieren ir a la huelga, cuando lo que tiene que explicar es por qué en un Estado moderno y europeo, los funcionarios cobran más según el privilegio de cuna, según en lugar donde le han abierto a su madre las piernas.
No importa, porque afortunadamente tenemos al Chikilicuatre que ha generado un debate entre los intelectuales que ha sustituido al de la Justicia ya que el fenómenos no ceja y he oído a los niños de Cieza, mi pueblo, cantar el "chiki chiki" por la calle y además he visto que
en los puestos del mercadillo se venden camisetas con el careto de nuestro estrafalario representante.
Incluso se ha producido un debate intelectual entre la idoneidad o no del personaje, ya digo, y hasta Quim Monzó y el grupo pop "Siniestro total" se han capuzado en él y se ha puesto a favor del "Chiki chiki" aduciendo que rompe con la caspa habitual de Eurovisión. Y hasta el diario El País ha editorializado sobre el fenómeno, quitándole importancia a las críticas de los puristas sobre el poco rigor de la elección. Es algo simpático y que ridiculiza al propio festival, nos han venido a decir.
Y no sé, es cuestión de gustos, porque a mí el Chikilicuatre me recuerda a George Dann cantado el Chiringuito a ritmo de rap. No veo absolutamente ninguna diferencia entre el Chikiliciuatre, George Dann o Kim África bailando Paquito el Chocolatero. Así que el debate intelectual me sobra. De todas formas el festival ya no es lo que era, cuando ABBA, por ejemplo, y tal y como está el patio, digo el festival, es muy probable que gane. Y que arrase. Pero para "chiki chiki" yo prefiero a la de la foto de arriba, que conste.
