Antonio F. Marín: Los 'swinger' y el alcalde inquisidor

2 de agosto de 2008

Los 'swinger' y el alcalde inquisidor


Un tipejo que ha matado a 25 personas ya está en la calle después de cumplir un año por cada asesinato, mientras que un inocente ha cumplido trece años por un delito que no cometió. Yo creo mucho en la justicia, pero me despeloto con los jueces y con los políticos que legislan lo que los jueces han de hacer cumplir.

Uno, que es escéptico y pesimista, qué le vamos a hacer, mientras veo que el presidente del Gobierno, señor Rodríguez, ha sido el primero en irse de vacaciones, para dar ejemplo, cuando hemos sabido que el poder de compra de los "salarios cae a mínimos" y se hunde el consumo familiar. Menos mal que tenemos a un político de Izquierda a Unida de Cataluña que
quiere apadrinar niños extremeños, como si fueran menesterosos de Darfurd.

A lo peor dentro de poco tiene que apadrinar a sus propios hijos en Cataluña, mientras que en Madrid nuestro preclaro Gallardón se dedica a hacer redadas entre los que acuden a los club swinger. Yo creía que lo del "swinger" se refería al golf, pobre de mí. O al swing del jazz, pero no, qué va, porque según he sabido tras arduas investigaciones, el palabro se refiere al intercambio de pareja; una actividad lúdica que a mí me hubiera gustado mucho practicar con ciertas novias. Y a ser posible a perpetuidad, pero los que han tenido novias guapas siempre se han negado al susodicho intercambio.

Pero ya sabemos lo que es el "swinger" gracias al moderno y progresista Gallardón que se dedica a inmiscuirse en la vida privada de los demás, en los clubes privados de intercambio de parejas, de donde se infiere que la cabra, de la derecha, siempre tira al monte de la moral. Y si ya teníamos a las feministas que protestaban porque nos gusten las tías culonas y con minifalda, ahora viene el alcalde de centroderecha con su espada flamígera de liberal de pacotilla a intimidar a los que intercambian parejas.

Dentro de poco irán a por los amos que tienen sumisas porque la sumisión femenina atenta contra la dignidad de la mujer y es machista, bla, bla, bla, pero qué dirán cuando se enteren de que también hay mujeres que dominan a mujeres. Menos mal que los practicantes de la dominación femenina (o Femdom) están a salvo porque el sumiso es el hombre y suponemos que eso les dará igual. Pero pongamos las barbas, digo las fustas a remojo, por lo que pueda venir con estos puritanos de centro, derecha e izquierda.

Mobusi