Iba a referirme a algún enjundioso asunto de política y todo eso, pero como estoy hasta el refajo de que Merce, Novicia o Flamenca me boicoteen los post, voy a hablar de un tema candente del que ellas no tendrán nada que decir, para que se vayan chinchando, porque ahora que estamos de vacaciones, que el Parlamento cierra y que se abren las Universidades de Verano, creo que es el momento de que estudiemos en los cursos de nuestra Universidad fetichista el asunto de las "bragas usadas" (lo siento, chicas, pero esto es sólo para hombres).
Porque he vuelto a leer uno de los muchos anuncios que nos ofertan estas gangas fetichistas, en el que una chica de 22 añitos que se llama Silvia, nos vende sus braguitas usadas: "Las mojaré para ti, las meteré en una bolsita y te las enviaré en un sobre
acolchado". Precio 25 euros. Y además hace ofertas y si compras dos te regala un peine, digo, te rebaja a 40 euros. No sabemos si ahora que están las rebajas y con la crisis, podríamos sacarle tres por el mismo precio. Y que demás se recorte los pelitos del coño y te lo envíe, que también da mucho juego. Y mucho gusto.
No sé si alguno picará, pero el fetichismo no se trata de eso, qué va, porque esto entra más en lo mercantil y marrano, que en el amplio y hermoso mundo fetichista. En Japón hay máquinas por las calles para venderlas, eso dicen, lo que a mí me parece una exageración. Y una marranada. Y en España son cientos las chicas que las venden y sólo hay que poner en Google "vendo braguitas usadas" para que te salga una miríada de chicas que van por lo mercantil, por el fetichismo de compraventa, te doy y me pagas. Y eso no es.
Todo esto hay que denunciarlo a algún Comité de Ética Fetichista, si existe, o al Constitucional de los Fetichistas, por no ajustarse a los valores puros del fetichismo reglado. Hay que hacer algo. Los fetichistas ortodoxos tenemos que desenmascarar a tanta lista fraudulenta y a tanto memo idiota.
Porque para que nos aclaremos de una puñetera vez, lo suyo es darse gusto con las bragas de tu chica que después de una buena ducha, las ha mojado de excitación por ti, por el placer que tú le has provocado. Esto es lícito, reglado, consecuente y legítimo, pero lo de las bragas usadas de tías extrañas no es una "sana perversión", sino una marranada.
Y que nadie se extrañe del fetichismo bragueril, porque a ellas se excitan con los perjúmenes post coitum, según los estudios, al sentirse muy excitadas con la mezcla de aromas que caracteriza la consumación de un acto sexual. Eso dicen, que a mí que me registren, y que me encuentren con las braguitas. A cada uno lo suyo. Y a Merce, Flamenca y Novicia, también.