Antonio F. Marín: ...y la vida sigue (en upskirt)

16 de agosto de 2008

...y la vida sigue (en upskirt)

Con las pruebas de atletismo han comenzado para mí las Olimpiadas (lo demás es circo, tiro con arco y parque temático), en medio de una crisis que ha llegado hasta el negociado de las putas, oiga, porque la clientela de las prostis ha descendido mucho y eso sí que es sintomático de que hay crisis, más aún que el IPC, el Down Jones o el Nikkei. Cuando el recurso a las putas se contabiliza ya como indicador económico es que la crisis es palmaria, porque este índice puteril parece incluso más preciso que los otros. Da más garantías

No importa, porque la vida sigue y pese a la crisis económica y puteril, creo que puedo haber solventado el problema de la financiación de mi próximo libro, el tercero, que ya está casi terminado a falta de las últimas correcciones. Me han prometido hacer las gestiones y ya veremos, porque no confío en nadie, nunca, pues si yo mismo me fallo, no quiero pensar
lo que pueden hacerme los demás.
Aunque probablemente no lo publique hasta 2010 por cuestiones personales, que no vienen al caso, pero el último lo publiqué en 2007 y conviene dejar pasar el tiempo, que las cosas reposen, porque uno pretende ser escritor, no churrero. Y por eso he empezado otro proyecto de novela (la cuarta) que ya tengo muy claro de qué va a tratar y sobre todo, el punto de vista por el que la voy coger, aunque todavía no he puesto ni una coma. Pero tengo el guión en la cabeza, la trama y los personajes, además del punto de vista con el que iniciar el negocio.
Cambio radical de registro y de punto de vista, ya digo, y paso de la primera a la tercera persona, para mirar desde la distancia. Aunque, como es natural, habrá amor y sexo, con upskirt incluido (además de otros fetichismos varios), aunque también desde otro punto de vista.
Tengo pues trabajo e ilusión para los próximos cinco años. Dicen que hubo un personaje famoso que cuando pegó el primer gatillazo y no pudo cumplir en la cama, se pegó un tiro. No sé si es una leyenda urbana o realidad, pero a mí al menos me queda vida para cinco años más. Luego, ya veremos.

Mobusi