Antonio F. Marín: De buenos, malos (y regulares)

15 de septiembre de 2008

De buenos, malos (y regulares)

Un proyecto que tiene un ingente presupuesto y en el que están empeñados cientos de científicos de todo el mundo desde hace muchos años, ha sufrido la vulnerabilidad de unos jovencitos griegos que se han colado en su sistema. EL CERN es vulnerable a unos pobre diablos con dos ordenadores.

No es un chiste de Jaimito, pero casi: los que pretenden desentrañar lo que ocurrió en el primer instante del Big Bang no saben lo que ocurre en su propio sistema operativo, ni guardar la puerta de su casa. Ni los científicos son tan listos como parecen, ni los demás somos tan tontos como nos quieren ellos hacer ver.

"Ni la izquierda es tan buena, ni la derecha tan mala", añade Pilar Rahola, la otrora líder de Izquierda Republicana de Cataluña. Una chica de izquierdas que no parece sospechosa de nada, sino de ser coherente con la tolerancia que predica porque pese a que es atea, está casada con un tipo que cree en Dios. Y son muy felices. Pero tienen razón: ni la derecha es
tan diabólica como no la retratan, ni la izquierda tan exquisita como quieren vendérnosla. Y viceversa, claro.

Como no todos los que están contra el aborto como medio anticonceptivo, son obispos pederastas y no todos los de izquierda son quemaconventos corruptos, ni terroristas de Estado que le dan a la cal viva. No todos los que proponen alternativas a la "interrumpción voluntaria de la vida" son meapilas, decía, porque además hemos sabido que con la "píldora del día después" se hubieran evitado la mitad de los abortos, que es lo que viene diciendo uno por aquí desde hace años. Lo saben hasta en el Libro gordo de Petete: "Prevenir antes que curar".

Porque no hace falta ser muy listo, ni estar destinado en el CERN, para intuir que con máquinas de condones en todos los institutos y con la "píldora del día después" gratuita en todos los servicios de Urgencias, se pueden evitar los abortos porque además la pastilla no es abortiva, sino anticonceptiva.Y con los condones se previenen además las enfermedades de transmisión sexual.

Pero para eso hay que tener una sociedad avanzada, con CERN incluido, y no una chapucera y pedestre que multa que se te olvide ponerte el cinturón de seguridad (para salvar tu vida), pero justifica que se te olvide ponerte el condón (para salvar la vida a los demás), porque se prefiere cortar por lo sano, es decir, por la cabeza del niño cuando asome unos cuantos meses después de percatarse del negligente desliz. Los hay que son lentos. O idiotas.

Mobusi