No es lo mismo, que cantaba no sé quién. Y por eso Zapatero le ha pedido “flexibilidad” a los polisarios, que sean más flexibles para doblarse, es decir, que se dejen invadir, avasallar y colonizar como en los mejores tiempos del imperialismo porque no es lo mismo un imperialismo capitalista, que un imperialismo medieval alauí. Ni el imperialismo islamista que
quiere dominar el mundo y recuperar Alándalus y toda esa pesca.
Y todo este percal con la complicidad de la ONU que se lava las manos y deja hacer mientras nuestro prohombre inaugura salas de derechos humanos y deja vendidos los derechos de los saharauis exiliados en los campos de refugiados o encarcelados en las cárceles marroquíes.
Porque lo que ahora mola es no molestar al "amigo" marroquí para que no nos salga por peteneras, digo, por Ceutas y Melillas. "Realpoltik", le llamaba a eso el Nobel Henry Kissinger; otro siniestro Nobel de la paz de los muchos que ha habido como Al Gore. El pueblo llano, o sea, los paganos, no lo llaman "Realpolitik" sino "politiqueo" o "mangoneo", porque ya sabemos que el pueblo es más simple y cree que eso de los premios Nobel de la Paz y Naciones Unidas es una mariconada, unas metopas inútiles colgadas en las despachos para regusto de turistas.
Qué lástima que los americanos no invadan el Sahara, verdad usted, porque entonces todos nuestros beneméritos caricatos e intelectuales progresistas de boquilla, se tirarían a la calle para protestar por el imperialismo americano. Pero el imperialismo marroquí no molesta, es suave, cómodo de llevar y no mancha ni tira de la sisa, por lo que Zapatero les aconsejaría a los saharauis que fueran flexibles con los americanos y aceptaran la autonomía. Es mi héroe.
