El Partido Comunista Chino ha decidido luchar contra la inmoralidad de Internet, contra las malas costumbres, los vicios y todo eso tan del aprecio de los integristas religiosos, es decir, la pornografía, que después de todo no es más que el histerismo del sexo. Van a luchar contra las páginas web que "amenazan la moral de los más jóvenes", y no sabemos si es porque le pueden salir granos (como me decían a mí en el colegio), o porque lo porno les puede inducir a hacerse pajas y a disminuir el rendimiento laboral en las fábricas.
Así que las autoridades chinas, es decir, el Partido Comunista (PCCh), va a proceder a limpiar Internet de "las vulgaridades actuales, que violan la moralidad pública y dañan la salud mental y física de la juventud". Y esto uno ya lo había leído en el catecismo del padre Ripalda, creo recordar, pero no había visto una actualización tan severa de los criterios morales. Y eso que probablemente no hay Dios, eso dicen, pero los ateos comunistas chinos se niegan a disfrutar de la vida.