Los comunistas han salvado de un incendio las imágenes sagradas de una iglesia, en Trebujena (Cädiz). "Son comunistas, republicanos y ateos pero ayer dejaron a un lado su ideología y se desvivieron por salvar las imágenes sagradas de su pueblo", cuentan las crónicas. Dejaron de acudir incluso a una manifestación en la capital para poner a resguardo las imágenes. Una actitud que los honra como buenos comunistas.
Y viene esto a cuento, si es que viene, porque otros ateos se empeñan en salvar otras imágenes, otros becerros de oro, y en acaparar los dineros para hacerse millonarios y refundar el capitalismo, pero desde dentro. "Gano dinero para servir a mis ideas", ha declarado el marxista nuevo rico, Jaime Roures; el amo de Mediapro, es decir, de La Sexta y de
Público, es decir, del aparato de propaganda del Gobierno de Zapatero.
Nada que objetar, mientras pague los pertinentes impuestos como los demás millonarios (el 1% desde que nos maneja Zapatero), pero eso de ganar dinero para servir a sus ideas también lo argüía Juan March cuando merced a ese dinero pudo financiar a Franco y su guerra. Y también pensaba igual Nelson Rockefeller que ganaba dinero para servir a sus ideas. Y William Randolph Hearst, otro que tal calzaba y que gracias a eso de ganar dinero para servir a sus ideas consiguió que Estados Unidos fuera a la guerra contra España.
Así que el nuevo rico marxista ha descubierto América, ya digo, aunque éste al menos no pretende ir de fino como los de El País, porque lo suyo es más bien de paleto rociaduros. Más que cursiprogre nos suena a horteraprogre; una especie de Pocero de los medios y a mucha honra porque el marxista capitalista quiere el dinero para defender sus ideas, ya digo. Va a reinventar el capitalismo, pero desde el marxismo, es decir, desde su bolsillo.