siglo XX.
Aunque por la oposición popular de la derecha tampoco están para tirar cohetes, ni quemar muchas fallas, porque cuando no se espían entre ellos para alcanzar el poder (Gallardón y Aguirre), se ven envueltos en los trapos sucios que confeccionan trajes, a medida, o se contradicen entre ellos porque si en Murcia piden agua y trasvases, en Castilla la Mancha y Extremadura procuran no darla para pillar votos a la contra.
Tal para cual, porque cuando en Parlamento unos preguntan por Kosovo los otros responden con Irak, y cuando unos preguntan por el accidente del Cougar, los otros responden con el accidente del Yak-42 o la Isla de Perejil como en una especie de "día de la marmota", en el que se regodean durante cinco años, mientras los ciudadanos tienen que soportar que el paro ya haya llegado a los tres millones y medio, que las familias estén endeudadas y que haya un millón de familias que no reciben ningún subsidio además de otro millón que necesita ayuda para comer.
Y las hipotecas siguen subiendo, pese a que el Eurobir sigue bajando, porque ya sabemos que la banca siempre gana. Y menos mal que nuestros representantes por fin se han entendido en algo porque parece que PSOE y PP han llegado a un acuerdo en el País Vasco para echar a los nacionalistas, nobleza obliga, pero por lo demás, el Gobierno está en funciones y le da palos hasta los serviles edecanes como Enric Sopena. Inaudito.
Pero no seamos "profetas del miedo", ni "trompeteros del Apocalipsis", porque afortunadamente el coche de Fernando Alonso parece que este año funciona y podemos consolarnos con algún que otro premio. E incluso soñar con ganar el mundial, porque ya se sabe que todo lo que el hombre ha conseguido en la vida, lo ha soñado antes. "Tengo un sueño", dijo uno tras limpiarse las legañas. Y ese sueño se ha cumplido y ya tenemos un negro en la Casa Blanca que, para empezar, está ayudando y financiando a la banca. Podemos seguir soñando. Hay barra libre.
