Sí, mujer: tú ábrete la blusa y enseña las tetas, pero no vas a conseguir que deje de mirarte a los ojos. Porque tienes unos ojos verdes preciosos, que son lo que importa. Así que no insistas, no te muestres tan procaz porque a mí lo que me excitan son tus ojos. Que lo sepas.
Y además te iba a llevar en autoestop aunque no me enseñaras las tetas. No confías en la bondad humana, en los buenos sentimientos y en que se puede hacer el bien sin exigir nada a cambio. Te hubiera llevado en autoestop aunque no me enseñaras las tetas por la ventanilla, ya digo, porque no había necesidad. Así que ahora no te llevo. Por no confiar en la bondad de las personas y en los buenos sentimientos. Ahí te quedas.