Antonio F. Marín: Siesta revolucionaria y depilación brasileña

29 de marzo de 2009

Siesta revolucionaria y depilación brasileña

No tengo ni idea de en qué consiste el proceso de Bolonia que ha aprobado la Unión Europea, ni qué va a suponer para los estudiantes universitarios que se encierran y manifiestan para protestar por este proyecto educativo. Uno es un pobre diablo que no entiende mucho de las diferencias entre enseñanzas porque me han expulsado tanto de los colegios públicos como de los privados. Sin excepción.

Así que esta guerra no va conmigo. No han contado con servidora y una pasa de ellos. Que se busquen la vida, como me la he buscado yo, porque si a mí me han expulsado de todos los colegios e institutos, y la Universidad jamás me ha admitido para licenciarme, no sé por qué ellos
si tienen el privilegio de no ser expulsados. Señoritos no, gracias.

O revolucionarios a tiempo parcial, y con dispensa, porque estos subversivos anti Bolonia que han ocupado hasta ahora las universidades, de pronto han dejado la reivindicación a un lado con motivo de la Semana Santa. Se han tomado vacaciones en la huelga, se han dado a la holganza como está mandado en esta España castiza y secular para ín sécula, porque no sabemos si también habrán cumplido con la siesta en sus movidas reivindicativas. No sería extraño por aquello de cumplimentar con las tradiciones del pueblo, pan, pijo y habicas tiernas.

Allá ellos, ya digo, porque a uno le preocupan más otras cuestiones como que hayan prohibido en Nueva Jersey la depilación brasileña (o cavado profundo), porque si el otro día comentábamos las circunstancias de un chichi arreglao, pero informá (con depilación brasileña), hoy tenemos que comentar la noticia de la prohibición de esta depilación en Nueva Jersey porque parece que a dos chicas no les dejaron bien el chichi o el kiwi. O el cernacho, ferrete, chumino, pámpano, cicamocho, higo, mondongo o estropajo, que se dice por Cieza. O bollo, chocha, panocha, concha, papaya, cuchara o maravedí, que se cuenta por Sudamérica.

Pero que se prohíba la depilación brasileña porque a algunas no lo han dejado bien el pámpano, es como si un barbero te afeita mal y el presidente Valcárcel prohíbe las barberías. Una situación que a uno no le extrañaría porque en Nueva Jersey, al menos, no han prohibido que se lea este blog como sí que han hecho en Murcia.

Mobusi