"El muchacho sofoca un grito al ver la vara de abedul. La levanto y empiezo el castigo. Adoro el silbido de las varas cuando cortan el aire. Adoro desollar traseros. El suyo es pálido y ancho y queda perfecto. Me tomo mi tiempo. Soy una artista y compongo sinfonías de silbidos, golpes y gemidos. Azoto una nalga y luego otra, y siento cómo me mojo entre los muslos. ¡Es una manera deliciosa de pasar el tiempo!. Cuando confirmo que el órgano del muchacho está monstruosamente erecto, me excito más aún pues confirmo que él disfruta tanto como yo.
Nina la Dominadora
Titian Beresford
Sileno.