Antonio F. Marín: IU no se equivoca sobre el color de los billetes

20 de abril de 2009

IU no se equivoca sobre el color de los billetes


Chuck Norris quiere ser presidente de un estado de Texas independiente de Estados Unidos, quizás porque como dicen las leyendas urbanas sobre él, "la Tierra no gira, sino que intenta escapar de él". O porque "sólo hay dos tipos de gente en el mundo: Los que son Chuck Norris y los que van a morir". Así que este republicano de extrema derecha también quiere la independencia de su corral, fíjate, porque se conoce que es cierto que en esto de los corrales y las corralas, los tontos tienen la última palabra.

Preferimos entonces a otros republicanos más lúcidos como el coordinador de IU, Cayo Lara, que ha propuesto que se cambien de color los billetes de 500 euros, con el fin de que los que los apilan y rebozan en cajas fuertes, se vean obligados a cambiarlos y dar la cara, es decir, salir del armario, de la desvergüenza del dinero negro y la evasión de

impuestos. Que se retraten, vaya. "Sé que esto puede parecer una tontería", ha aclarado Cayo Lara. Pero no es ninguna tontería y debería hacerse.

55.000 millones de euros que andan escondidos y un 26% de ellos en España, como no podía ser menos, porque spain is different y seguimos en esa peculiar diferencia de Manuel Fraga, otrosi digo, de hace miles de años, del Pleistoceno, a lo menos. Pero que una cuarta parte de esos billetes estén en España es una vergüenza para el que la tenga, claro, porque los que amasan estos billetes es probable que se les ponga la polla dura mientras los soban y manejan. A ellos y a ellas, oiga, que también hemos sabido que las chicas tienen más orgamos según el dinero que tenga su pareja. A mayor dinero, más orgasmos. Son unas románticas idealistas y por eso uno no cuela, porque siempre va con pan y cebolla.

Deberían ir a la cárcel, como los pederastas, pues su actitud es aún más inmoral que las de los viciosos menoreros. La avaricia es un vicio, y el sexo también puede serlo (yo soy un vicioso), pero contra el vicio onanista de no pagar impuestos, la voluntad de obligarlos a que no se hagan más pajas. Cinturón de castidad fiscal, que además está de moda en las relaciones de pareja. O llamamos a Chuck Norris para meterles miedo, porque a él no hay Dios que le esconda el dinero.

Mobusi