La primera en la frente, es decir, que Obama, nuestro Salvador, se nos ha hincado de frente sumiso y lamerón, ante un sátrapa medieval de Arabia Saudí que somete al pueblo y tiraniza a la mujer. Debe de ser cosa de la "realpolitik" que los demás, pobres diablos, no logramos entender porque además hemos sabido que en Estados Unidos Obama tiene más predicamento que Jesuscristo. Y más incluso que Martin Luter King.
Puede ser, pero ni Jesucristo ni Luter King se inclinaron mansos ante un rey feudal, como hizo Obama en la última reunión del G-20. Este es nuestro Salvador, ya digo, genuflexo hasta la vergüenza ajena y del que después de mucho bla, bla, bla, seguimos sin saber qué
va a hacer con la venta libre de armas y con la pena de muerte. Nos tiene en ascuas. A ver si hay huevos, que se dice en España.
A ver si hay cojones, que es lo que le dijo el padre del torero Manolo Caracol a una máquina de tren cuando ésta le pegó un rebufo de vapor al pasar junto a ella. El hombre se volvió y le espetó que "esos cojones pa' Depeñaperros". Que mucho soplar vapor en la estación, muy valiente, pero cuando había que echarle huevos, al subir Despeñaperros, se achicaba y iba lentita, lentita y sin poder con su alma, que ya sabemos que sólo pesa 48 gramos.
Así que "Obama sigue acabando con la era Bush", leemos en la prensa generalmente bien enterada. Y "Obama inaugura una nueva era", según otra más cursiprogre, pero en realidad si Bush era un patán, con el nuevo presidentel sólo hemos visto más de lo mismo y todavía no le ha echado cojones y no ha subido el Despeñaperros de la verdad, es decir, acabar con la venta libre de armas y con la pena de muerte .
Lo demás son florituras cursiprogres que echan mucho vapor en la estación, pero que no cambian nada porque no suben Despeñaperros ni acaban con la pena de muerte y los lobbies de la venta libre de armas, con la Asociación Nacional de Rifle, pongamos por caso. Y ahí te queremos ver, torero. Con dos cojones.