Las elecciones al parlamento Europeo nos ha deparado más de lo mismo; tres años más con la tropa de zapateros y rajoys que son de risa. O para llorar, por lo que archivamos el asunto, snif, snif, y pasamos a otras risas de más guasa como las que nos ha provocado Cayetana Gullien Cuervo; madrina cursiprogre con cenefa y roleo, e hija de actores franquistas que vivieron de maravilla en la dictadura y grabaron durante 15 años los programas Novela y Estudio1 sin que se les oyera ni una queja. Ninguna. Ni piarla, ni pío, pío.
Y cobrando de la tele del dictador, bien cobrados, aunque ahora nos hayan salido por demócratas de toda la vida, cómo no, y nos hayan perpetrado un bautizo demócrata a su hijo/nieto pero en
laico, "igual que se bautiza un barco o un edificio", según ha dicho la elementa protagonista del evento. Pues eso.
Suponemos que lo que ha parido sea algo más que un barco o un edificio y que al niño no le haya dado con una botella en la cabeza, ni le haya inaugurado una placa en el culo. Cualquiera sabe, pero no nos extraña porque esta niña que "bautiza" a su hijo con música de David el Gnomo en dependencias municipales, no es más cursiprogre por gandulería, por dejadez, porque puede mejorar y estaremos atentos a cuando le dé al niño la "primera comunión laica", que lo hará porque odian a la Iglesia, pero no pueden vivir sin ella.
Y es que la estupidez no conoce reparo y ese "bautizo laico" es como si los banqueros celebraran el 1º de Mayo pues después de todo ellos también son trabajadores y van al curro, aunque sea con chófer. ¿A quién le molesta que los banqueros celebren el 1º de Mayo?...
Este es el nivelazo intelectual que tenemos con Zerolo, Zapatero, Pepiño y la Cuervo, que son tan cursiprogres que quizás nos monten una jura de bandera pacifista y sin bandera, mientras el capellán Zerolo entona el "Soldados del amor" de Marta Sánchez, por aquello de elogiar a los "soldados sin batallar", es decir, ligth y melifluos como los que los mandan.