Antonio F. Marín: Cinismo y vileza

21 de octubre de 2009

Cinismo y vileza

“Muerto el perro se acabó la rabia”, se han debido decir los gerifaltes socialistas de Barcelona para acabar con los mendigos que duermen en los bancos de los parques. Todo su esfuerzo intelectual y pecuniario se ha empleado en mandar a los ingenieros para que estudien y habiliten unos bancos anti-mendigos (quizás hasta los patenten), con unos reposabrazos en el medio del banco para impedir que se acuesten.

No sé si al concurso de ideas se habrá presentado la NASA, todo es posible, pero esto de poner reposabrazos en medio del banco para aspaventar a los mendigos ( como se ponen pinchos para ahuyentar a las palomas), no parece solventar el problema. Lo traslada. Al menos no lo hará entre gente limpia porque los marranos acaban con

la pobreza escondiéndola bajo la alfombra.

España mismita camisa blanca, oiga, que se encenaga en las corrupciones del PP que ya llegan a todos los feudos e ínsulas, y que Rajoy trata de torear mientras silba porque él pasaba por ahí, cuando precisamente fue elegido líder del PP con el apoyo de todos ellos. Han ‘apartado’ a Costa, para salvar la cara, pero la polsaguera llega más alto. Putas, relojes de oro, coches de lujo, ¿quién da más? Ejemplares modales prototípicos de la España vertebrada y universal, del mamoneo y la querida. La España eviterna rojo y gualda, trincona y hortera que se pasea dando abrazos y palmas.

La España de toda la vida que se pavonea arrogante pecho lobo, «eso te lo arreglo yo con un telefonazo», o que se envilece carroñera como los policías que se chivaron a ETA para que pudieran huir los cómplices de los que habían asesinado a sus propios compañeros y que el Gobierno ha querido tapizar para ocultar el pringue. Gobierno de España, sí.

Porque además se pone en general cocimiento que por aquí no se suben los impuestos indirectos, sino que se hacen “modificaciones tributarias”. Eso dice impertérrito Manuel Chaves cuando sabemos que con ese razonamiento podríamos justificar meterle mano a su mujer, si la tiene, argumentando que sólo se trata de un “desvío de la trayectoria de la parte del cuerpo unida al antebrazo para alcanzar un lugar determinado del cuerpo femenino”.

Porque lo cierto es que la subida en el calzado o la cerveza la van a pagar por igual tanto los pensionistas como los multimillonarios que además sólo pagan el 1% a través de los fondos Sicav (han ganado 8.000 millones de euros y han pagado 54), porque no hay redaños (perdón, no hay cojones), para tocar a los poderosos. Esta es la “izquierda populista” (Cebrián), que pretende perpetuarse en el poder más que el presidente Valcárcel que aspira a su quinto mandato presidiendo la Región de Murcia durante 20 años, la mitad menos que una dictadura.

Nos quejamos lastimeros de que el presidente de Honduras quiere apalancarse en el caudillaje, pero tenemos en nuestra propia hacienda a un pájaro que aspira a estar 20 años en la poltrona, que dos décadas no son nada y pelillos a la mar. Quiere más. No tiene hartura. Tenían razón nuestras madres: a los hombres les da la mano y se toman el pie (digo, el coño). Son unos cerdos, hija.

(Columna publicada en el semanario El Mirador de Cieza)

Mobusi