Ha obrado bien, aunque el 72% de los españoles no confíen en él, según las encuestas, porque ante esta situación se pueden tener la disyuntiva de actuar como Francia que rescató a los pescadores y detuvo a los piratas, o hacer como España en fechas atrás, cuando pagó el rescate. Es decir, hacerte respetar, para evitar futuros ataques, o rendirte sumiso para salir del paso, según la doctrina consentidora de Bono que prefiere morir antes que matar. Yo no: yo prefiero matarlo a él antes que él nos mate a todos nosotros. Soy un asesino. Y a mucha honra.
No se trata de ser Rambos de Bollullos de la Sierra, sino de utilizar los medios de que disponemos para proteger a los españoles como hacen franceses, ingleses o americanos, porque si secuestran un barco atracado en un puerto español intervine la policía para liberarlo y si lo hacen fuera de nuestras aguas ha de intervenir la Infantería de Marina
que para eso está y para eso cobra. Y además es una de las mejores del mundo. Esto es lo que había, y hay, y parece que el Gobierno de Zapateo ha actuado correctamente (hasta ahora), porque si cada vez que surge una crisis negociamos y pagamos, no sé para qué coños queremos el ejercito. Lo disolvemos y abrimos una Oficina de Pagos y Chantajes. Nos ahorramos muchas perras. Y ponemos a Bono de cajero.
