Antonio F. Marín: Ramos

28 de marzo de 2010

Ramos


...de la ciudad de Cieza que se ensancha a partir de la Esquina del Convento, con sus soleadas plazas, paseos y terrazas por donde se advierte y huele que es tiempo de pasión y azahar, pues la huerta respira y exhala el aroma de la floración de los frutales y los balcones se engalanan con las colgaduras bajo las que caminan los adolescentes enjaezados hasta la gomina o los adultos con niños que se paran ante los tenderetes ambulantes que ofertan globos, caramelos, palomitas y regaliz para los nenes, toma y calla, porque hemos de marcharnos y pasar entre esa emperifollada multitud con túnicas de raso o apergaminados trajes de domingo, de boda y/o fiesta de guardar, con los que el gentilicio se

avía para participar en los desfiles o para empacinarse de cerveza por los bares y terrazas antes de que salga la procesión de Ramos, "la burrica", y que no quede hueco ante la barra del bar en la que vocear los recados de cerveza con gambas, marchando un montadito de lomo con anchoas y otra de mojama para concelebrar la fiesta del Señor que festeja la entrada de Jesús en el bar, digo en Jerusalén, porque los que no desfilan en procesión con palmas, lo hacen estelares por calles y paseos almidonados con corbatas, túnicas de aterciopelados colores, globos, cervezas y langostinos con parada en el bar de Jerusalén, para sacar fuerzas de las gambas y poder cargar con el santo de la entrada triunfal de Jesús en el bar, digo en Jerusalén, digo en...

De mi novela Entretiempo (Cieza 2007)

Mobusi