Antonio F. Marín: La Institutriz inglesa, una obra de arte

18 de julio de 2010

La Institutriz inglesa, una obra de arte

" Pero Harriet tenía sus propios planes para su primer encuentro matrimonial.
- Esta es nuestra noche de bodas, querido, y quiero que te empapes totalmente del sentido solemne que tendrá para ambos en los años venideros. Richard. Debes tener ciertas ideas preconcebidas sobre los papeles del marido y la esposa, idea influidas por la opinión general de que es el marido el instigador y el director de las tiernas relaciones que deben existir entre ambos. Si albergas tales ideas, debes quitártelas de la cabeza de inmediato.

Harriet guardó silencio un instante y le dirigió una mirada serena, pero a la vez severa.
- Debes comprender que en este matrimonio seré yo quien lleve las riendas y tú quien obedecerás…sobre todo en la cuestión de nuestras relaciones más íntimas. ¿Lo comprendes?
- Sí, Harriet -contestó bajando los ojos.
- Bien. También debes comprender que mis sensaciones y deseos tendrán preferencia en todo momento. Será tarea tuya, por encima

de cualquier otra cosa, darme placer. Tu placer es secundario. Comprendo que deberé instruirte para que tu comportamiento sea adecuado para mí, pues no sabes nada de los deseos y necesidades de una mujer. Tal vez crees que la posesión y utilización de un órgano masculino es todo lo que se requiere para hacer de ti un compañero apropiado para una mujer apasionada como yo. Si crees eso, estás muy equivocado.

Harriet se levantó el camisón y le enseñó los labios de su sexo.
- Míralo bien, Richard, pues de ahora en adelante será para ti ni la fuente ni el corredor de tu placer, ni siquiera el signo de mi sexo y el índice de mi sexualidad, sino mucho más. Será para ti desde ahora y para siempre, un objeto de adoración. Tu único interés será servirlo de todas las maneras.
- -¿Lo has entendido?
- Sí, Harriet.

Texto del libro: "La institutriz inglesa". Ediciones Alcor - Colección "La fuente de jade" (Libro descatalogado)

Mobusi