Antonio F. Marín: Marcas

4 de julio de 2010

Marcas

Una empresa británica ha empezado a comercializar en España un bañador que no deja marcas al tomar el sol. Un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad porque no hay nada más enojoso que las marcas del bikini. Desentona. No sabes si andas con tu chica o con una cebra. O con una tigresa, es cierto, pero éstas últimas andan en extinción, según nos tienen dicho los de National Geographic. Una pena, sí.

Una desazón tan sorprendente como la que nos provoca los charlatanes progubernamentales cuando pretenden endilgarnos el mantra de que pese a la crisis seguimos siendo de los países más ricos de Europa, porque incluso hemos sobrepasado a Italia. El capitalismo nos ha vuelto a hacer ricos y nos ha pillado con estos pelos.

Aunque otros ya eran muy ricos y tampoco lo sabíamos, pues tenían apiñado su dinero negro en Suiza. Hacienda ha pillado a 3.000 fulanos que acaudalaban unos 10.000 millones para evadir impuestos y que no tenían empacho en utilizar las carreteras españolas que pagan los curritos, los profesionales liberales o br1
los autónomos. Aparte del trincarlos para que apoquinen deberían hacer públicos sus nombres para que sepamos con quien nos jugamos los cuartos.

Pero no. El Rojo Justiciero va a ayudarles a sanear sus cuentas porque según han denunciado los inspectores, se les ha dado un plazo para regularizar su situación mediante declaraciones complementarias que les ahorra su responsabilidad penal y administrativa. Una breva que no disfruta el resto de los paganos porque no somos todos iguales ni ante la ley ni ante la trampa. Que todavía ha clases, vamos, y defraudar no es para todos porque se conoce que tiene un arte que no se pue’ aguantar.

Mucho arte tiene también la empresa holandesa Capulus, que ha comenzado a vender un ataúd para montar en casa. Los familiares reciben un paquete con las tablas y los tornillos, como si fuera un mueble de Ikea. Y esto no está mal, bien mirado, porque es mejor llevárselo en cajas para montarlo que llevártelo puesto.

Puesto y bien aliñado como el Estatuto catalán que nos ha recalentado el microondas del Tribunal Constitucional para corregir algunos artículos y dejar la mayoría sanos y salvos, lo que nos permite a los demás españoles reclamar exactamente lo mismo por aquello tan fascista de que nadie tiene privilegios sobre los demás, etc, etc. Lo debe de saber Aido, la ministra que nos protege, pues suponíamos que todos éramos iguales ante la ley.

Lo dábamos por hecho porque teníamos noticias de que los catalanes también cagan y mean, pero algo especial deben de tener pues al final han conseguido en los tribunales mucho más de lo que les dio su propio pueblo, ya que el legajo ofrendado a las urnas sólo lo votó un tercio de los catalanes porque la mayoría de ellos los mandó a tomar por butifarra. Pero ellos ni se coscan ni se dan por aludidos, porque tiene un morro que les traspasa y no les deja marcas. Ni en Cataluña ni en Suiza.

(Columna publicada en el semanario de papel El Mirador de Cieza)

Mobusi