La gente sigue cruzando las vías del tren, sólo algunos días después del accidente ferroviario en el que murieron 12 personas. El alcalde de la localidad anda espantado porque el accidente no ha servido para nada y el personal sigue cruzando las vías, a su aíre, es decir, cuando le pete. No es que el hombre sea el único animal que tropieza dos veces con el mismo tren, y en las mimas vías, es que somos animales de costumbres y después de todo, oye, que cruzar esas vías ya debe de ser una tradición y todo. Como tirar una cabra del campanario.
