Los científicos siguen enjugascados con una nueva teoría que ha insinuado que Einstein no tenía razón y se puede viajar a mayor velocidad que la luz, por lo que podríamos viajar en el tiempo. Uno prefiere los caballitos de la feria, ya puestos, porque si te propones vagar por el pasado puedes llegar al inicio del tiempo, a la explosión del Big Bang origen del Universo y tendrías que ir pertrechado con tapones para los oídos por las florituras pirotécnicas de la traca. Y con un traje ignífugo pues puedes quedarte como una torrija.
Porque si puedes viajar en el tiempo ha de ser por todo el tiempo, no sólo al del camerino de Marilyn Monroe (o al de Gary Grant). O para conocer a Galileo, según anhela un científico. Uno es menos rijoso y mucho más práctico, por lo que si podemos recoger el sedal del tiempo lo rebobinaría para conocer al que inventó
el cierre del sujetador femenino a fin de orientarlo y aconsejarle para que puedan desabrocharse en un periquete porque a veces, ya sabes... con las copas... las prisas... no te aclaras, te enredas y se marchita la magia del momento Nescafé.
Los que no viajan y siguen tal cual son los políticos, porque Rajoy ya ha suscrito un pacto para las elecciones con el PAR (aragonés regionalista) por lo que tendrá que olvidarse del Trasvase del Ebro. Nosotros y los peperos murcianos que hicieron murcianía premium con el ‘agua para todos’. No lo habrá ni con el PSOE ni con el PP en el Gobierno. Cosas de la política, de la necesidad de descepar votos a cualquier precio. Aunque nosotros no entendamos que no haya ‘caja única’ para el agua.
Como tampoco se comprende que José Blanco reproche a los españoles que hayamos vivido «por encima de nuestras posibilidades», cuando él es un nuevo rico ‘chupagambas’ que está presuntamente implicado en una trama de corrupción y es miembro de un Gobierno que se entrampa para lucir jazmines jaujaprogresistas en el ojal. Así que de cada cuatro euros que el Estado dispone para gastar, uno va destinado exclusivamente a pagar los intereses de la deuda. Sólo los intereses.
Y así seguiremos, sabe usted, porque Rajoy ya ha anunciado que no congelará más las pensiones pero lo supedita al «momento económico», ergo, las dejará congeladas. Es decir, más de lo mismo. El mismo perro con distinto collar (azul). Y que me perdonen los perros por comparaciones tan odiosas. Porque Rubalcaba también promete que no congelará las pensiones pero es que ya lo ha hecho. Y además es cierto que no lo va a hacer, pero porque no va a gobernar.
Don Alfredo quiere subirnos el tabaco y el alcohol para financiar la Sanidad, pero no tocará el 1% de las Sicav (los fondos creados por Felipe González donde esconden su patrimonio los ricos), aunque sus 26.154 millones de euros sólo pagaron a Hacienda 5 millones, pese a que ganaron 478,8. Una bicoca para los multimillonarios que nadie se atreve a menear por si huyen al extranjero. Por si los patriotas españoles cambian de bandera de conveniencia, como los buques mercantes. Porque el dinero si que viaja a mayor velocidad que la luz. Con Einstein y sin Einstein.
Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.