Antonio F. Marín: Fantasías

11 de agosto de 2012

Fantasías

Llevamos cinco años de crisis y te repites. Y cansas. Y te cansas de andar siempre con la misma monserga, así que para cambiar de menú no hablaremos de la nave "Curiosity" de Marte, sino de sexo. Para variar. Porque según un estudio de Harold Leitenberg y Kris Henning, entre las fantasías más comunes de las mujeres (además del sexo lésbico), aparecen las situaciones D/s que ha propiciado el espectacular éxito de la trilogía "Cincuenta sombras de Grey" de E.L. James (Grijalbo); un ama de casa cincuentona que le ha dado por escribir sus fantasías con punto de cruz. Y vienen más. Criaturicas. Han descubierto el Mediterráneo.

Y te sorprendes, claro, porque uno creía que la fantasía más popular de las chicas era hacérselo con el clásico butanero de toda la vida. Y no es eso, según los expertos, pero entonces ¿qué hacemos con los uniformes de Repsol y Cepsa que tenemos comprados?... Porque nos han dejado vendidos tal y como han hecho los europeos de 'Teutonía' que no quieren irse a la cama a fantasear con nosotros, pues pretenden que nos la aviemos

con las autonomías que son el desagüe de nuestra decadencia. España es un circo con 17 pistas. Y eso cuesta.

Así que no hay nada más que añadir porque cuando se ha hecho todo (según el FMI que no es precisamente santo de nuestro limosnero); se le ha exprimido el jarabe al hueso en múltiples cocidos y se ha escurrido el bolsillo de los que están pillados con nómina, es cuando el Gobierno y la oposición han de plantearse la rendición preventiva y abandonar el Euro (que es lo que quieren la extrema derecha e izquierda)

Y mandar a los 'nazis' alemanes a comprar perejil pues ellos no entienden que prefiramos nuestro chamizo con 166 embajadas con tupé autonómico, los 445.568 cargos públicos y los bugas de charol con pegatina oficial, a la prórroga de los 400 euros para los parados o la asistencia sanitaria a los inmigrantes sin papeles. Y cerramos hasta quirófanos para mantener el monipodio y el festival folclórico aborigen. Somos así de chulos. Y no se puede razonar con un daltónico porque el daltónico siempre tiene razón, la tenga o no la tenga.

Sería una tragedia porque la peseta no valdría nada y habría que devolver las deudas en euros. O no pagarlas (como Islandia), pero entonces nos condenaríamos a quedar durante décadas sin inversión ni financiación exterior. Autarquía franquista de coros y danzas y calzados Segarra. La pobreza a dentelladas ciegas y rabiosas.

Pero a cambio podríamos darnos el gustazo de cargarnos la España autonómica, y el euro, ya de paso. Íbamos a pasar hambre, mucha, aunque nos reiríamos una jartá. Pero todo esto es fantasía, claro, porque sólo quieren asustarnos con el tío del saco para que no malbaratemos en chuches, por lo que nos echarán el salvavidas aunque todavía estemos algún tiempo en el agua y mojados. Pero a salvo. Porque ni el euro se rompe, ni habrá rescate puro y duro, sino uno suave, Nenuco, con sopitas y cataplasma. Aunque a la Merkel yo no le saco el uniforme de butanero. Es que no me pone, oye.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.

Mobusi