Pero genial, oye, porque quedamos en un hotel, nos apañamos y luego cada uno a su casa. Debuten. Algún día aparecerá otro estudio que reflejará que a los hombres nos pirran las tías buenorras, es verdad, pero las que nos vuelve loco son las que te dejan leer el periódico. Por eso cuando servidor era joven (hace siglos), se llevaba a las primeras citas un periódico y lo abría para poner a las chicas a prueba. Y quizás sea esta la razón (ahora que caigo), por la que sigo soltero, digo, solterón.
O porque no me caso con nadie, es decir, con ‘naide’, y sigo terne, y cabezón, con la misma monserga de siempre; de que es probable que tengamos un ‘otoño caliente’, según el cielo que nos tienen prometido, pero también es posible que la próxima cencerrada se la den a un tecnócrata
europeo que de verdad le meta mano a las autonomías, los políticos y sus empresas publicas porque a nosotros nos suben el IRPF y el IVA, pero a los partidos les acaban de soplar 148 millones para sus gastos de bolsillo (BOE 16.07.2012). Y Cristiano, además, esta triste. Una tragedia nacional.
Y es que por aquí hasta el más tonto fabrica un botijo, con cubitos, como el líder del partido Equo que sospecha que la crisis es especulativa «porque el capital se ha ido a otros lugares donde encuentra más beneficio». Otro que ha descubierto la pólvora porque el dinero está huyendo a Alemania, Finlandia u Holanda donde el capital recibe un bajísimo interés cuando la inflación está en el 2% por lo que no sólo no gana, sino que pierde dinero. Prefieren perderlo antes que arriesgarse a ganar el 6,5% que les prometemos los españoles. Por qué. Seguramente porque allí no hay pájaros como el líder de Equo y eso da confianza.
Esa es la verdad en este país de listorros en el que alguien pronuncia una nimiedad ‘to’ er mundo e’ bueno’, y todos los cañahuecas lo repiten sin pararse a pensar en ello. Por eso la OMS ha confirmado que el humo del gasoil también produce cáncer de pulmón. Así que nos prohibieron el tabaco para cuidarnos del cáncer y ahora sales a la calle y te lo arrima el tubo de escape de un poligonero (y su choni), porque 7 de cada 10 coches matriculados utilizan este carburante.
Y ahora qué hacemos: ¿Obligar a que los coches circulen sólo por el salón de su casa para proteger a los viandantes pasivos? ¿Pondrán en los cristales «este coche puede matar»? Da igual. No nos dirán la verdad. Y hasta la bellísima Mari Cruz del ‘Cero 12’ sabe que sólo los borrachos y los niños dicen la verdad.
Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.
