Antonio F. Marín: Algun@s

19 de mayo de 2013

Algun@s

«¿Por qué nos enamoramos de los canallas aun sabiendo que nos van a hacer sufrir?», se pregunta una chica en un foro de ‘enfemenino.com’. «No sé, nunca me casaría con un canalla» -le responde otra-, «pero todas o casi todas, nos hemos sentido atraídas por un espécimen así».

Y puede ser, es probable, pero los expertos nos aclaran que algunas chicas (algunas), desprecian en el subconsciente a los tíos a los que pueden gobernar y buscan al canalla que no pueden dominar; el que no las llama, el que no las busca, el que salta por la mañana de la cama y se despide sin quedar de nuevo y sin dejar un teléfono.

«Ya nos veremos, princesa», es la táctica infalible para tenerlas en la palma de la mano bebiendo vientos y soplando gárgaras. Comprobado clínicamente. También se puede comprobar clínicamente (con una colonoscopia), como Mariano Rajoy ha incumplido su programa electoral. La derecha baja los impuestos nada más auparse al poder y la izquierda los sube. Consta en el cartapacio parvulario de la instrucción política.


Rajoy no lo ha hecho y Esperanza Aguirre le ha afeado el engaño a los votantes que también le reprocha la izquierda, en contra de su devocionario, porque actualmente anda todo muy revuelto y abundan las «señoras que no tienen por costumbre maquillarse el corazón» (Pepe Piñera, poeta, en su genial elegía a su hermano Pascual). Que la izquierda congenie con la Aguirre y le recrimine a la derecha que suba los impuestos es para comprobarlo también clínicamente (con una lobotomía).

No nos cuadra nada, ni las cuentas, ni las ideologías, porque si la derecha se ha tragado el ácido sulfúrico de su ADN y ha subido los impuestos es que pretende gastar en beneméritas obras como el fichaje de una miss para oficiar de secretaria personal del pepero presidente de Baleares, a razón de 50.000 euros/año, más dietas. Es probable que la chica sea muy lista (que esté buenísima no puede condenarla al paro), pero a lo peor sus 87-64-88 han tenido algo que ver.

Rajoy ha preferido quitar el esparadrapo poco a poco aunque sea más sufrido, que arrancarlo de golpe suprimiendo misses/secretarías buenorras, pues se conoce que prefiere esperar a septiembre para que la Merkel orille las elecciones alemanas y que el BCE le dé al manubrio de imprimir billetes y llene de liquidez el mercado. No votamos en Alemania, pero el resultado de sus elecciones nos afecta. También nos pasa con EE.UU., tranquilos, ‘no problemo’.

Y es que anda todo muy revuelto, ya digo, y por eso las instituciones más valoradas por los españoles son la Guardia Civil (5,71), la Policía (5,65) y las Fuerzas Armadas (5,21). En tiempos de crisis hay más incertidumbre y se confía más en los que nos protegen, aunque también es probable que la gente tenga en cuenta que estas instituciones han recibido menos dinero y pese a ello siguen realizando su labor con notable eficiencia.

Los políticos están muy mal valorados, los últimos, pero debe de ser porque son unos canallas (algunos), que encima no dejan un teléfono para que puedas llamarlos, quedar y darles un repaso. Sólo te quieren y citan cada 4 años. Son unos canallas que no quedan, pero no nos enamoran. Eso es cosa de chicas.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.

Mobusi