Antonio F. Marín: Privado

12 de mayo de 2013

Privado

Alfredo Di Stéfano se va a casar a sus 86 años con una chica de 36 (50 años menor).Y Jimmy Jiménez Arnau lo va a hacer a los 69 con una de 34 (sólo 35 años más joven). Habrá pues que esperar a cumplir los 70 para comerse un rosco, no hay prisa, aunque las chafarderas de guardia se malicien que las chicas lo hacen por su dinero. Es lo más probable. Pero no está nada mal que te quieran sólo por tu dinero. Yo me he pasado la vida buscando una mujer que me quiera sólo por mi dinero. A ver si se avía con 30 euros y cerramos el compromiso.

Aunque no sea de la realeza porque no todos somos urdargarines que se han agenciado una ‘Barbie princesa’ en un sorteo de chocolatinas Nóos. Una infanta a la que la Justicia ha salvado de ser imputada en los enjuagues de su marido, que también anda implicado en unos «escarceos infieles» que el juez ha evitado que se pregonen pues ha prohibido publicar los correos íntimos del duque. Normal.


Una cuestión es el delito público por el que hay que penar y otra la vida privada, que es privada tanto si te gusta que te den unas palmaditas en el culo, emular Historia de O, ejercer el ‘trono de la reina’, sentirte ‘Belle de jour’, practicar el CFNM o profesar en el ‘intercambio erótico de poder’ siempre que haya amor mutuo, claro, porque si no es puro vicio como ser ‘putero’ (el 80% de los puteros son casados, según APRAMP).

Y también puedes salir de juerga cuando se te antoje si eres ‘soltero y sin compromiso’ y no tienes que darle explicaciones a nadie. Aunque parece que son los casados urdangarines los que más salen, los más salidos. Tener que explicar lo obvio da pereza porque se conoce que todavía no hemos decapado la España castiza y comadre que aparta la cortina para espiar a la vecina.

De ese periodismo de cortina acechante que dice mucho de esta España cotarrera, de cháchara y chismeo; de comadreos correveidile entre rodrigones que andan de mesa camilla en mesa camilla y de redacción en redacción. Porque todo este badajear de campanario le recuerda a uno la conocida anécdota de unas monjitas que llamaron a la policía porque frente al convento, en el edificio de enfrente, se estaban produciendo actos deshonestos. La poli llegó al convento, miró por todas las ventanas y le informó a las monjitas que ellos no veían nada. «Coja la escalera, súbase usted al armario y mire por el ventanuco», le respondieron las monjas. Pues eso.

La vida es una propiedad privada que hay que proteger (incluida la del feto), aunque lo de los «escarceos infieles» de un casado sea propio de garbanceros horteras como la ex-concejal Hormigos que le mandó un video a su ‘querido’ en el que aparecía engolosinada con la pepitilla. Ella también debe tener protegida su privacidad aunque sea una boba imprudente. O precisamente por eso.

En Cieza 405 vecinos han encontrado trabajo y me alegro (aunque gobierne el PP), pero yo voy a comprarme una chocolatina a ver si me toca una princesa. O una rana, ya puestos, que me quiera sólo por mi dinero.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

Mobusi