Antonio F. Marín: Traición de la mujer (16)

8 de julio de 2015

Traición de la mujer (16)

Mi marido es mi...
06.45.- Mientras espero al electricista o electricisto me las estoy viendo todos los días con el Cesare Pavese de los cojones,  porque en su Oficio de vivir  que leí hace años y que ahora estoy releyendo (junto a Pessoa y Rilke), sacude tu serenidad y te pone a pensar; ese menester que ya no se lleva, que ya no luce ni se estila, como ponerse para cenar jazmines en el ojal (La Pradera).

Pero es que va el tío y dice que  si una mujer no traiciona es porque no le conviene. Lo que sí conviene recordar es que Pavese era un ateo marxista  muy machista y misógeno que nunca tuvo suerte en el amor. Por eso se lo perdonan todo porque si eso lo digo yo me fusilan. A lo menos.

Pavese fue un desgraciado despechado que nunca fue feliz con una mujer y quizás de ahí su rencor, su odio misógeno, porque el libro está repleto  de otras frases que hay que ponerlas en salmuera por su desprecio machista. Lo curioso es que hay algunas feministas que lo defienden, que justifican al camarada ateo y comunista,  achacando su forma de pensar a un trauma infantil debido a una madre
dominante. Vale.

"El amor puro y desinteresado de una mujer no se vende a menos de mil liras al mes",  sentencia en otra monserga machista. Pues sí, pero ellas también lo pasan mal porque a muchas les gustan los tíos canallas y  se llevan chascos. Lo que sí es cierto es que ellas necesitan admirar al hombre y no se admira...etc, etc. 

Todos hemos tenido malas experiencias con las mujeres, pero nunca odiamos más de lo necesario. Y sin exagerar. Tu experiencia no puede valer para otros porque no hay verdades universales, sino particulares, y ya dicen que cada uno cuenta la feria según le ha ido en ella.  Aunque pese a ello Pavese era un tío muy lúcido que también nos advertía de  que "conforme pasan los años en la cara de cada uno sólo se va dibujando su calavera". Razón tiene.  Mucha.

Pero insiste y  nos previene de  que "quien revela a una mujer  el ser potencial de ella, será su primer cornudo. Es matemático, según dice.  Ni más ni menos, matemática, añade literal en el Oficio de vivir. Viene a decir que no hay que darle a la mujer papel de Diosa porque automáticamente te considera débil y te convierte en un esclavo. Y te desprecia. Deja de admirarte, de respetarte y busca uno que se haga de rogar, que le cueste y que no se rinda fácilmente. De esos que nunca quedan, ni las llaman y al día siguiente no se quedan a desayunar. Y se vuelven locas de deseo por él.

Una madre que los discipline y una puta que satisfaga sus fantasías
Y más o menos, razón no le falta según he comprobado,  pero generalizar siempre es un error. Hay de todo, desde chicas sumisas que les va que el hombre sea muy macho, muy Amo, hasta hombres que son felices siendo sumisos a la mujer que aman y comportándose como unos calzonazos. Y hay otras parejas en las que cada uno manda en lo que mejor se le da.

Y también hay otros genios, como Charles Baudelaire, que afirman que en el amor siempre hay una víctima y un verdugo. Lo curioso es que tanto Pavese como Baudelaire eran unos tíos muy inteligentes, lúcidos, genios, creativos y con un nivel intelectual muy superior a la media. Quizás por eso se dieran cuenta antes del percal. O quizás eso precisamente es lo que los llevo a equivocarse con la mujer. 

Lo que sí está claro es que ellas no soportan a los tíos a los que pueden gobernar. Al principio sí, pero luego los desprecian  y buscan al hombre, al macho que las tiene en un sinvivir. No hace mucho le ha ocurrido a un conocido. La mujer para amar a un hombre tiene que admirarlo y respetarlo. 

Y no se admira -me confesó una amiga-, al tío que está todo el día preparándote el desayuno y besándote los pies. Y te deja por otro que se comporte como un hombre, como un tío duro. Y no es por maldad -me aclaró-, sino por evolución darwiniana de estar con un hombre fuerte que la proteja, mientras los tíos buscan en la mujer una madre que los quiera y los discipline, y una puta que les dé placer y satisfaga todas sus fantasías. Pues yo creía, fíjate,  que los hombres buscan mujeres de caderas anchas porque así paren mejor a sus hijos. Sí, eso también.

No sé, quizás sea mitad y mitad, no te pases, que  hay de todo, como en botica. Conozco a calzonazos felizmente casados y a los que su mujer respeta y ama muchísimo,  y otros que han sido abandonados como perros en una gasolinera. Hay de todo, ya digo.

Quizás por eso, por precaución, sería aconsejable una de cal y otra de arena, que decían nuestros abuelos, aunque yo creo que es mejor dos de cal y una de arena, para ajustar la proporción. No: mejor tres de cal y una de arena, por si acaso. Aunque yo creo que todo esto es tocarte los huevos en re menor. Y son las 7,30 de la mañana porque acaba de llegar el que abre  la cafetería de enfrente Arte-Sano.Y estoy esperando un  paquete de Seur.  Y ya dicen que en tiempo de melones ni largas misas ni sermones.

(Cieza, Diario de un  dromedario. 8 de julio)

Mobusi