Antonio F. Marín: Ella... (54)

8 de septiembre de 2015

Ella... (54)

Winona Ryder de lolita
Las 05.40, la hora del lobo, cuando la gente se muere y yo me he levantado para recibir a la muerte de pie, etc, etc. No llueve y hace fresquito. El Paseo está tranquilo, no hay máquinas y he visto que está casi vacío de coches pues hay muchos aparcamientos libres. Me jode tener  la serviola cerrada, la ventana clausurada, porque los ruidos te hacen vivir con el pálpito de fuera. Así estás más aislado y es diferente.

La he abierto y entra el olor a tierra húmeda por la lluvia, con un ligero sabor a pino. Joder, que parece que estoy catando un vino. No, para que sea vino tiene que saber a madera y frambuesa, según esos expertos que engañan a los tontos con tanta labia. Después de todo a partir de la tercera copa ya no te enteras ni del color del vino. Ni del whisky.

Ella ya tiene rostro para la novela. Y es Ella, siempre en mayúsculas y yo sé lo que me digo. He vuelto a coger la imagen de Winona Ryder, como en las primeras, para hacerme una idea de cómo es: morena, pelo cortijo a lo garçon O peinado bob liso. Este es el signo de identidad. Por lo demás da igual que sea guapa o fea. No lo voy a

mencionar.

Ni el color de los ojos o si es alta o baja,  rellenita o delgada. Todo eso queda oculto. Sólo se sabe que es morena, con peinado garçon y bob y las corbatas que luce a menudo. Y las camisetas con tirantes para que se le vean los sobacos cuando se recoge el pelo. La imagen de Winona cuando era lolita porque ahora, la pobre, está hecha una pena y hasta se ha recauchutado con cirugía estética. Nuestros ídolos y musas se van ajando, como nosotros, pero ellas a mayor velocidad. La mujer siempre se estropea antes, aunque vive más que el hombre.

Con corbata
Uno de mis primeros post hace 10 años fue con ella, con la imagen de lolita. Entonces tenía 33, pero ahora ya ha pasada la cuarentena y no le ha sentado muy bien. Ha envejecido muy mal y parece un guiñapo. No pongo aquí una foto de ella en la actualidad por respeto y caridad, pero está fatal.

Es hétero bisexual, es decir, que le da igual con tíos que con tías lo que es aún más perverso si cabe y más seductor. A la mayor parte de los tíos les gusta ver a dos chicas haciendo la tijera. Ver, sólo ver, que a mí no me van ya los tríos y toda esa pesca.

Con la edad te vuelves voyeur y además así le quitas a tu chica los celos de que te acuestes con otra. Sólo ella y la otra, y tú miras desde un sillón. Así ella no tendrá celos porque no te metes en la cama, ni te acuestas con otra, ni haces tríos.

Por eso la chica de mi novela, Ella, usa mucho las corbatas. Es como una seña de identidad, de ambigüedad, de androginia bisexual y demás picatostes. Y se acostará con chicas en este plan. El viejo mira sentado en un sillón y la anima a buscar otras chicas para hacer el amor mientras él mira. Es perverso lo sé, pero muy inocente.

Él no pretende acostarse con ella. Y creo que lo voy a dejar en castidad, por perverso. Aunque a lo mejor le gusta. Esto son cuestiones que debato mientras escribo. Les pasa a todos. Creo. Con el pelo cortito y con corbata...me imagino que alguna lista pensara que me van los tíos. Pues no. Y lo sé porque lo he comprobado, pero me callo por si por aquí hay niños. Me gusta la mujer/mujer, femenina, con medias con costura y talón cubano; con toda esa parafernalia de los encajes, ligueros y puntillas. Y taconazos.  O sea, que no. Y la corbata es para atarla a la cama, so lista, que hay que explicarlo to'.

Un femboy. Cuidado que tiene paquete...
No me gusta el libro de García Márquez, Memorias de mis putas tristes, porque entre otras razones ya parte de un error: el deseo de un viejo de 90 por una cría de 14. La repugnancia ya tira para atrás pues él además se acuesta con ella y no es un amor platónico y a distancia que a nadie hace daño, excepto al tonto platónico.

Para mí hay límites, líneas rojas que jamás se deben cruzar y el que las cruce adiós, muy buenas. Todo ha de ser consensuado entre personas que se aman y sin menores. Safe, sane and consensual (SSC). Sano, seguro y consensuado. Y un viejo de 90 con una niña de 14 ni es sano, ni es seguro ni es consensuado porque una niña no sabe decidir, no tiene albedrío. Un asco, vamos, aunque lo haya escrito un premio Nobel.

Me cabreo. Un cafelito. Este niño sí que es un genio. Toca mejor que muchos que me sé yo y sólo tiene 8 años. Me he quedado alucinado. Y nada menos que el My Sharona. Llegará lejos porque no hay trampa ni cartón. Toca encima de la música, pero toca él.

Pero decía que todo ha de ser por amor, correspondido, y sano seguro y consensuado (SSC). Sin menores.  Y eso pretendo. Yo soy mu' perverso, según las madres, pero la verdad es que las lolitas de la realidad aburren porque qué haces con ellas: ¿te pones a jugar al cuartete? Por eso las chicas de mi novela van de 27 a los 34, más o menos, que ya no son lolitas sino mujeres hechas y derechas, que se dice. Y  saben lo que quieren, aunque aún son demasiado jóvenes para un viejo de 57, por ejemplo. Y que nadie se extrañe porque las cugar como la actriz Susan Sarandon (68 años) ha estado liada cinco años con el empresario Jonathan Bricklin (37). Sólo se llevaban 31 años.  Pero que a ella le quiten lo bailao.

Soy un perverso calvatrueno, decía, pero también muy listo porque ayer estrené una chaqueta que me compré en las rebajas de Zara hace seis meses. La tenía guardada y sin estrenar porque me compro la ropa de una temporada para otra. La saqué baratísima y ahora la luzco nueva.

Y ayer empezamos la temporada en la biblioteca del servicio de lectura a los invidentes. Ya llevamos seis, creo, y este año hemos cambiado el nombre para que acuda más gente. Mañanas de lectura en la biblioteca, sin especificar nada de ciegos porque también pueden acudir personas con dificultades. Las que sean. Le hemos dado un giro para abrirlo a más gente. 

Las 06.29 y me he entretenido un poco   revisando el borrador de la columna que entrego mañana y sale el sábado. Me callo sobre lo que llevo del paseo Ribereño pero jamás tanto tonto ha hecho tanto daño. Los de Podemos, que son como esos espontáneos  que se tiran al ruedo sin saber torear, están jodiendo el tripartido con la inestimable ayuda de IU. Allá ellos. Lo siento por Pascual Lucas.

A Podemos lo vota la clase media que ha perdido sus privilegios, sus pluses. Todos los de las mareas tenían trabajo y se manifestaban porque con la crisis han perdido sus milongas. Por eso Rajoy trata ahora de recuperarlos con pagas extras y demás picatostes. Era un voto de centro izquierda que votaba al PP o al PSOE, pero que con la crisis se ha enrabietado y ha votado al pamplinas de Pablito Bananas que es un medianías que además odia el lumpen, el lumpemproletariado; aquellos que no tienen conciencia de clase y que por tanto no importan y se pueden excluir de la revolución según el cretino de Carlos Marx. Y creo recordar que a Jesucristo lo crucificaron junto a dos lumpemploletarios, junto a dos ladrones y no junto a dos funcionarios, con pluses. O sea.


Ya no hace tanto frío y abro mi serviola. La farmacia está de guardia y tiene el letrero pegado a mi ventana. Lo veo todo verde por sus destellos. Pero hay que convivir. Y además es sólo una noche a la semana, más o menos. Son las 06.51 y leo en el diario de Pavese que un síntoma de que se ha perdido la juventud es darte cuenta de que la literatura ya no te interesa de verdad. Cierto. Yo sólo leo diarios,  ensayo y los clásicos porque ahora sólo se escriben banalidades  para pasarratearte.  Y me aburre. Es banal, con tópicos, no te hace pensar ni te motiva. Si acaso te distrae, a algunos.

Los tirantes también molan
Son las 07.04 y el camarero no ha llegado lleva retraso. Luego lo veré a las 10 mientras tomo café y leo el periódico. Se está muy tranquilo en el Arte-Sano a esa hora y el servicio es perfecto. Amable y atento. Y recuerdo, una vez más, que es el único bar de Cieza que da el ticket, que es obligatorio por ley.

Leo a Camus en La caída,  cuando su protagonista reconoce que ha sido rico, pero nunca ha compartido nada con los pobres, que por tanto es un saduceo. No lo sé, pero yo tengo fe y estoy convencido de que todos juegan a la lotería para que les toque, repartir los millones entre los pobres y seguir a Jesucristo. Sin duda.

Ya ha llegado el camarero, pero como tengo la ventana cerrada, mi serviola clausurada, no he oído el ruido de la persiana. Creo que el invierno va a ser triste porque para que mi serviola me sirva tengo que oír ruidos y ver bien, no a través de los cristales. Veremos. Ya ha amanecido y empieza el día. No me gusta. Me atrae más la noche para escribir, así que voy a tomarme dos tajadas de melón de año.  Buenas noches y buena suerte.

Cieza, La muerte pisa mi sombra (Diario de un serviola) 8 de septiembre de 2015

Mobusi