Antonio F. Marín: Mi madre (La Borja), la tata y Pascal

30 de enero de 2016

Mi madre (La Borja), la tata y Pascal

Mi madre en el puente de los Nueve Ojos. Se ve la sombra de un sombrero en el jersey, y creo que es la de mi padre.

Hoy hace un año que se murió mi madre. Un año, sí. Es cierto, te quito la palabra: !Cómo pasa el tiempo! Esta mañana mi hermana y yo (somos la única familia que queda en Cieza), junto a mi estimada  Loli, vamos a ofrecerle una misa en Las Claras a las 12:30. Para los que creemos estará en el cielo, se lo ganó a pulso; para los que no creen estará enterrada y se acabó. Punto. Qué tristeza, pijo. Decía Pascal que convenía creer en Dios porque si no existía no tenías nada que perder, pero si existía lo llevabas todo por ganar. Era un cínico, sí, pero creía en Dios y era un genio, no una beata con velo negro. A su argumento se le  llama la apuesta de PascalComo es natural los tontos ateos, como Richard Dawkins, han salido a a refutar la apuesta sin darse cuenta de que Pascal estaba de cachondeo. Es que los ateos, además de pelmazos, no tienen sentido del humor.

Pero decía que a esta hora de la mañana, hace un año, llegué al hospital y me encontré a mi madre durmiendo, sedada y tranquila. Salí de la habitación para tomarme  un café y cuando subí mi hermana me dijo llorando que acaba de morir. No sufrió nada, absolutamente nada y el personal del hospital se portó de maravilla porque son gente competente y preparadísima. Le dieron los cuidados paliativos que se dan en toda sociedad civilizada y se murió en la gloria y en gloria está.  Yo creo que estará discutiendo con don Antonio Salas y regañando a Dios por cualquier cosa. Lo habrá puesto firme y si no, tiene toda la eternidad para el menester. Era Borja, así que genio y figura...hasta en el cielo.  No sabe Dios lo que le ha caído encima.


La tata Catalina y mi madre, en Mazarrón
Y la tata, claro, mi segunda madre, que ya estaba en casa cuando yo nací y que aunque no nos tocaba nada de la familia siempre ha sido de la familia y está enterrada en nuestro panteón. Ya sólo me queda mi querida hermana María, "mariquitina".  Me he criado desde niño con tres extraordinarias mujeres y lo que soy se lo debo a ellas: para lo bueno y para lo malo, cohones. Por eso quizás sigo solterón. Las tres han dejado el listón muy alto y no hay forma de que alguna

lo supere.

Y mi tito Antonio que se murió hace unos días por lo que le mando un recuerdo a mi tía Angelita (de Murcia) que sé que lo está pasando mal porque el tito era un buenazo que tuvo el buen gusto de casarse con ella. Así lo tiene que recordar.

Y luego yo, el que suscribe,  que  aunque no me he muerto, soy el siguiente en la lista,   como suelo decirle a mi hermana. Y tan pancho. Estoy deseando irme de aquí para hacer un reportaje periodístico sobre el más allá. Me gusta curiosear e investigar. Y esto es muy aburrido. Todo el día lo mismo: cagar, comer, y cagar. Y a veces un poco de placer que dura exactamente 10 segundos. Un coñazo. No trae cuenta. Esta es mi apuesta.

Mobusi