Antonio F. Marín: Parejas y pajas (a humo de)

17 de enero de 2016

Parejas y pajas (a humo de)

Aumentan las parejas que viven cada uno en su casa. Al fenómeno sociológico lo han llamado LAT (Living Apart Together); una tendencia social que uno ya definió aquí hace años como ‘nos vemos en un hotel para el asunto y luego cada uno a su casa’. Lo que ocurre es que ahora le han puesto nombre: LAT, que suena a línea de autobuses.

Aunque en realidad parece que lo hacen porque están quemados de otras parejas, divorciados, y se conoce que no les trae cuenta cambiar 20 segundos de placer corrido por el aguante del otro las 24 horas del día.

Y además se acaba con situaciones desagradables, con los pedos y con el maltrato, pues 2015 ha sido el año en el que más llamadas ha registrado el 016; el teléfono al que se pueden dirigir las mujeres maltratadas porque por desgracia los asesinatos de mujeres siguen aumentado pese a la ley de Zapatero que impone más pena al hombre maltratador que a la mujer.

Y no conoce razas o especies pues en Alemania la mayoría de los agresores sexuales de Nochevieja eran musulmanes, pero no se oyó ninguna protesta de las feministas e incluso la alcaldesa de Colonia culpó a las mujeres por acercarse a los hombres

al pasear delante de una catedral. Y no ha dimitido. Debe de tener antepasados españoles.

No nos extraña porque el otro día una gaznápira contaba en El País que los cristianos y otras layas, también despreciamos a la mujer porque vemos porno en Internet y en los videojuegos. Claro. Y también tenemos fantasías sexuales y leemos al marqués de Sade.

Esta prójima no sabe que algunas listas casadas se aprovechan de los hombres incautos, que no follan, sacándoles las perras al ofrecerles ‘tema’ por webcam desde su propia cama. Ella lo fía todo a las ‘pobres putas tristes’ (García Márquez), cuando hay más putas risueñas en Internet que explotadas en la calle. Y miles de chicos sumisos, «esclavos financieros», que dan su sueldo sólo por oler las bragas de un Ama. Pero... ¿en qué mundo vives, coliflor?

Y tontuelas como la campeona del mundo de tiro al plato, Fátima Gálvez, que asegura en El Mundo que «disparar es como hacer yoga». Cierto. Por eso un día de estos me apunto al yoga, me subo a la torre de la Asunción y lo practico con los concejales y las concejalas, con todos y todas. Relaja mucho...

Más todavía que esperar a que te arreglen la entrada Norte a Cieza mientras el tripartito parece que nos quiere agraciar con la compra de un flamante Ayuntamiento para que puedan sentar los huevos en la céntrica Plaza de España mientras algunos barrios están como están (Cabezo de la Fuensantillla). Y esto es demagogia, claro, pero donde las dan las toman. ¿No queríais demagogia?... Pues aquí va una taza. Otro día os doy la otra. Os debo una.

Aquí o en el Tuiter, por cierto, donde los listos y los cursis vomitan sus exabruptos pues los azulejos de los baños públicos han sido sustituidos por las redes sociales y ya no se ve escrito en ellos: «Aquí se caga, aquí se mea y el que tiene tiempo se la menea». Para eso está Tuiter y el Feis. O el ‘guatsap’ para quedar en el hotel con tu pareja LAT.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.
Foto: A 10 minutos del centro

Mobusi