Antonio F. Marín: De cartera escolar a cartera ministerial

10 de febrero de 2016

De cartera escolar a cartera ministerial

La prensa viene esta mañana algo floja: solo nos avisan de que el viernes se reúnen Rajoy Sánchez por lo del nuevo Gobierno; un paripé más porque aquí Pablito y Sánchez lo tienen ya todo negociado. Y me alegro. Así podremos ver a niñatos de ministros con cartera y chófer. Qué emoción. Habrán cambiado la cartera escolar por la ministerial y eso está muy bien.

Es bueno que caten poder, que se curtan, que vean que una cuestión es gobernar y otra soñar con arreglar el mundo como si fueras Supermán o un cura turulato. Que la vida se impone, la realidad no se puede manipular y no se puede prometer champán y putas para todos, no sé si me explico o les hago un plano. Quer no se puede arreglar el mundo a golpe de fútbolín (Topo)

Nos van a llevar a la ruina pero nada es barato en la vida y en Venezuela, por ejemplo, de donde vienen los niños, Maduro ha decretado que los comercios abran sólo cuatro horas por falta de suministros y por falta de luz. Y es o era, uno de los países más ricos del mundo pues tiene petroleo y es de los primeros exportadores de la OPEP.  Era, porque ahora le han tenido que comprar petróleo a Estados Unidos.

Es probable que nuestros niños fracasen, pero habrán aprendido algo, habrán madurado y a partir de ese momento serán más

responsables. O no.

Decíamos el otro día que fracasar está muy bien porque te hace mejor persona pues prueba que lo has intentado muchas veces y es cierto. Confirma que te has levantado, tras cada fracaso y has vuelto a intentarlo para fracasar mejor, tal y como nos aconsejaba Becket. Ayer se lo comenté a mi estimado Lorenzo, pero también advertí que hay que aprender de los fracasos y  transformarlo en algo positivo ¿Que puedo aprender de este fracaso?, sería lo lógico que una persona se puede preguntar.

Sé que no son horas para estos desviaros, las 06.46 de la madrugada, pero es que a esta hora o se está metafísico o no se está. Anoche fue el reventón y reventamos, con tortas y chocolate que tuve que comprar en una cafetería porque las tradicionales de la Plaza de España  se había acabado (a las 8 de la tarde) y los pobres no tenías más.

Cumplimos la tradición que no es más que un impulso primario de pertenencia a la comunidad. Con ellos nos sentimos seguros, nos identificamos con el grupo y vemos que estamos todos en el mismo camino. Por eso cuando eres joven (o permanentemente infantil como Woody Allen)   las odias y detestas, pero al crecer y madurar  las vas apreciando en lo que valen, por lo que te recuerdan. O al menos para decir aquello de que otro año más vivos.


Ayer también tuve mis primeras agujetas al pasear por el nuevo Ribereño. Lo deberían llamar el
Paseo de los Maestros Jubilados porque en un trecho de sólo 100 metros nos cruzamos con tres, más mi hermanica que también lo está.  Subimos río arriba por la margen derecha y llegamos hasta la presa, cruzamos el puente y volvimos por la izquierda hasta el mismo punto de origen.

El cutre cuenta-pasos que llevaba en la cintura me dijo que habíamos andado unos 5 kilómetros, pero no lo creo. Hoy vamos al mercado, toca comprar frutas y verduras, pero el jueves lo vamos a intentar de nuevo con un podómetro, que no es ir a coscoletas de un podólogo, como me había imaginado, sino una aplicación del móvil que por GPS te dice lo que has andado. Y los pasos, y las calorías.

He estado buscando fotos del puente de la presa, pero no he encontrado ninguna. Lo que si he visto es el catálogo de la empresa que fabrica los puentes y la verdad es que hay algunos preciosos. Más bonitos y elegantes que los que han comprado en Cieza. Pero bueno, cuando quemen los que hay puestos podremos cambiarlos por otros.

Son las 07.02 y me asomo a mi serviola y no hace frío. Pronto amanecerá y está cubierto parque no se ven estrella ni la luna. Tengo que dejarlo, otro día será, porque hay que redactar la columna que entrego esta tarde, con miedo porque desde ahora hasta que salga publicada el sábado pueden haber pasado muchas cosas que te la pueden dejar antigua, obsoleta. Hasta es probable que mi querido Pablito se haya quedado en la negociación la vicepresidencia del Tribunal Supremo. No sé,  voy a mirar por si acaso, que el tal Sánchez es capaz de todo.

Agenda: Mercado con mi hermanica.

Me queda pendiente la crítica de Juventud de Sorrentino y Birdman, aunque creo que ya no viene a cuento.

Buenas noches y buena suerte

Mobusi