Antonio F. Marín: Sartre y el existencialismo

31 de mayo de 2016

Sartre y el existencialismo

No necesito hacer frases. Escribo, para poner en claro ciertas circunstancias. Desconfiar de la literatura. Hay que escribir todo al correr de la pluma, sin buscar las palabras, confiesa Jean Paul Sartre en La náusea. Te comprendo, yo hago lo propio y me pongo salga lo que salga, aunque sea  por Antequera que por allí no sale el sol porque suele salir por encima de las casas del final del Paseo. Pero si lo buscas por Antequera es cosa tuya. Quedas avisado, como el bacalado de Bilbado.

Así que  hay que escribir de seguido, del tirón, lo que se te ocurra sin volver la vista atrás,  y por eso a mi me sale  una narración  con el personaje de mi novela; un madurito que descubre que es impotente y se siente muy feliz. Y, ¿a  cuento de qué viene esto?...

Pues no lo sé, a ver si me acuerdo, pero es que me he distraído pues ha llamado poderosamente la atención un tuir de Rosa Maríaa Artal  (la atención siempre llama poderosamente porque es como la suegra del lenguaje),  digo y decía, que ha llamado mi atención un comentario tuitero de una periodista que ha trabajado años en TVE y que ahora se ha afiliado a Podemos. Nada que objetar excepto que esta chica tiene problemas de ego. Siempre me he preguntado al ver en mi telediario (TL) a un periodista,  si sigue con aquella puta jovencita por la que me quitaron el puesto en TVE. Lo traduzco. Cuando veo en mi telediario a un determinado periodista, me pregunto siempre si sigue con aquella puta jovencita con la que me quitaron el puesto.

La primera en la frente, sí, porque ha sido redactora de informativos durante años y no sabe redactar. Se pelea con la sintaxis y se enreda con los solecismos y  anacolutos.

Y eso que tiene estudios (yo no tengo ni el certificado de estudios primarios), lo que nos revela el porqué de que  la Educación esté tan mal en España y por qué Pablito Bananas ha conseguido 9 matrículas muy malas pues proceden de una muy mala enseñanza pública, como ellos mismos  denuncian para exigir más dinero. Si hubiera enseñanza pública de calidad no

habría 9 matriculas, te lo aseguro. A mi me expulsaron y a este prímula lo dejaron y laurearon... En fin...

Pero Rosa María Artal es redactora de informativos y no sabe redactar... Lógico que haya terminado en Podemos donde la mediocridad es un valor. La segunda en la frente  consiste en que la eminente periodista cae en el más envilecido machismo al suponer que la que le ha quitado el puesto es "una puta", claro, cómo no. Tiene que ser puta para que a ella, oh excelsa redactora, la hayan quitado de SU telediario. Nótese que es suyo, de nadie más, ni de los españoles que lo pagan. SU telediario. Estos populistas arramblan con todo y lo hacen suyos hasta los telediarios.

Lo bueno que tiene Podemos es que está sacando toda la podredumbre que se escondía tras el alicatado, todo el rencor y odio habitual en los mediocres que no soportan que los releven por mujeres que tienen que ser putas para sustituirlas a ellas. A lo mejor es puta, no lo sé, pero de ser cierto  una señora se lo calla y se va discretamente del trabajo. Ella no.

Y así de mal está la información, el solar patrio y la educación de esos que oyeron  a esta joya. No me extraña que anden por Cataluña quemando contenedores. La burricie es contagiosa. La menda ha sacado lo peor de los cafres machistas que suelen decir: esa no me quiere, luego es puta. Exactamente el mismo argumento que ha utilizado ella: me ha sustituido y  no es mejor que yo, así  que lo ha conseguido porque es puta, de donde se trasvina que en este corral llamado España sigue postrado  en lo mejorcito de su historia.

¿Y a qué viene esto?... Pues no sé, pero ha venido y  habíamos quedado en que íbamos a escribir sin hacer frases y al correr de la pluma., como Jean Pol. Y sin fingir y ponerte serio,  porque se te nota y no cuela pues ahora que me percato  he de reconocer que  los hombres también fingimos, sabe usted,  y algunos lo hacen sin rubor mientras ella le demuestra cuánto lo ama y lo dobla  sobre sus muslazos y le dan una zurra. Ay, ay, ay, les puedes decir mientras  no sientes nada  porque tienes el culo acolchado y ella es malísima para zurrar. Eso se nota, sabe usted.

Ay, ay, ay, no pares, no pares, cariño; qué arte tienes para esto, ay, ay, ay. Y más ays. Muchos. Y gemidos y suspiros para que no se desanime, la pobre y no le entre una depresión.  Aunque hay que saber fingir muy bien y esta treta la aprendes después de observar la maestría de ellas en el arte de fingir orgasmos, que es un arte tal y como ha sido recogido en los libros de historia..

Te gusta, verdad, cariño, te puede preguntar ella. Mucho, una barbaridad, no pares por favor, le debes contestar aunque quieras que pare y no precisamente por el dolor ni por el hecho de estar doblado sobre sus muslos mientras su madre trajinaba por la casa, sino porque te  aburres con ella. No saben hacerlo, no tienen gracia ni nada. Unas sosas. No suelen  tener garbo para zurrar el culo. 

Así que mientras lo hace tú te puedes poner a  cavilar sobre los pantalones que te acabas de comprar porque  te pueden estar estrechos y así pasas el rato, mientras sigues fingiendo, ay, ay, y ay, cómo me gusta, cielo, qué bien lo haces.  Es que  algunas no tienen salero pa azotarte el culo pues eso es un arte magistral y muy pocas saben hacerlo para ponerte la polla dura y conseguir incluso que te corras mientras lo hace. Sin tocarte, sólo con el roce de sus muslos en tu pirindola. Pero no saben. Y te da corte denunciarlas al Colegio Oficial de Amas porque puedes herir sus sentimientos.


Por eso no me he casado, sabe usted. No tengo ganas de pasarme el resto de mi vida fingiendo y con denuncias al colegio.  Es muy sufrido, pero es que ya no quedan Amas auténticas y la mayoría no pasan ni los controles de calidad. Te venden cualquier cosa y cuela, pero los verdaderos consumidores sabemos que el productos está deteriorado. Y no es cuestión de denunciarlo a la organización de Consumidores porque te pueden notar raro, sabe usted. Y que no te entiendan aunque hables el mismo idioma.

Y eso que no he confesado nunca  que ya no me masturbo ni nada, aunque ando más salido que un pico esquina. Cosas veredes, sí,  porque yo que he sido un masturbador compulsivo (aunque menos que Dali) ahora me siento más sensible, romántico y cariñoso. Debe ser cosa de la oxitocina, dopamina y demás ungüentos cerebrales que la castidad  acumula en los testículos, es decir, en los huevos. Es como un suave y largo orgasmo femenino que no se corta abruptamente, como el otro, y te mantiene siempre excitado y entre suspiros de amor.  Debe de tener razón una casada que reconoce  que tras poner a su marido en castidad,   ahora la adora y antes se daba la vuelta y se ponía a dormir tras el polvo.  Así que esto que escribo es muy feminista, aunque ellas no se den cuenta. El varón se queda casto para darle más placer a la varona, a todos y todas, camaradas y camarados.

Así que sólo tengo que buscar a una chica que no quiera sexo, ni penetración  (creo que así son las Virgo, lo he estudiado), y que sea tan perversa y egoísta que encima te obligue a darle todo el placer a ella, te azote el culo y te mantenga  en la castidad más absoluta en la que ya estás desde hace meses, por cierto, como ya ha quedado demostrado y dicho. 
- Escribiendo esas cosas en el blog no vas a encontrar novia porque las mujeres huirán -me dijo el doctor García.
- Es que soy muy sincero y no quiero engañarlas. Así saben lo que se van a encontrar. Y luego no hay divorcio.
-  No habrá boda porque huirán.
 - Y no habrá divorcio porque se lo habré confesado antes.
- Si se lo confiesas huirá y no habrá boda ni divorcio.
- Pero es que si no le digo nada cuando se lo confiese es cuando se va a divorciar.
- Pero es que no la vas a encontrar y por tanto no se va a enterar ni se va a divorciar.
- No, porque si se casa es que ella lo acepta.
- Pero si lo sabe no te casas.
- Pero si me caso y lo sabe  no hay divorcio.
- Pero es que no te vas a poder casar.
- Usted está empeñado en que no me case.
- No, lo que quiero es que te cases y no vuelvas.

Muy cruel el hombre, pero si se ha casado él se casa cualquiera, me dije. Y no  volvi, y eso que no me he casado, pero yo le hago caso a Sartre que decía que hay que escribir de seguido. Y si tras leerlo no quieren casarse que se divorcien, aunque para eso han de estar casadas porque si no no pueden divorciarse. Al final va a tener razón el doctor, ya verás tú.

Por eso me imagino en un pub y veo a una chica jaquetona, morenaza con el pelo largo y un cuerpazo de esos de los que te mueres por arrodillarte  para pegar tu cabeza a su entrepierna, es decir, a su coño vaquero. No importa que estés en su sitio público porque a ellas les gusta que todas sepan que estás loco por ellas. Les gusta presumir de lo loco que tienen a su chico para que las demás mujeres lo tengan claro y sepan que no hay nada que hacer, nada que rascar, nada que follar.

- Eres la mujer de mis sueños -le dices to' arrobao arrodillándote en el pub-,  y quiero que me zurres el culo y me pongas un cinturón de castidad para adorarte más.
- ¿A ti es que no te gusta el fútbol? -te puede preguntar ella muy graciosa.
- A mi me gustas tú con esos brazos firmes y recios que soportan la fusta (o el cepillo, según) y me hacen adorarte y pegar mi cabeza a tu coño para sentirte plenamente.

Si en este punto de la confraternización y puesta en común,  todavía no ha llamado a la policía  es que le va el rollo,  así que  se aconseja que sigas ligando con ella, aunque esté rodeada por sus amigas. O por su madre:
- Me comía tus bragas sin sal ni na', a pelo,  para tenerte dentro, muy dentro y sentirme tuyo, muy tuyo.
- ¿Qué tienes para ofrecerme?
-  Antes tenía mucho pero ahora mismo poco porque ya no se me empina, ni empodera como a Pablito Bananas, pero he  comprado  un artilugio que te va a volver loca y no nos va a hacer falta ni negro mandingo ni nada.

Se lo confiesas como si estuvieras escribiendo al correr de la pluma, como aconsejaba Sartre, lo que ocurre con ese artilugio  es que mientras ella siente mucho placer con la penetración tú no tienes roce al estar hueco y sigues excitado y en castidad, to loco por ella. No sientes el placer del roce, aunque sí el psicológico de penetrarla, pero sin orgasmo, hasta que ella goza y se corre pero tú nada, sigues casto, no te desparramas y sigues excitado y por tanto pendiente de ella. Y adorándola, según dicen. Pues eso. Lo dicen las mujeres que yo nunca he llegado a tal grado de retorcida perversión. 

Lo bueno es que con este artilugio (inventado por una mujer que debe trajinar con manzanillas),  no tienes necesidad de contratar al negro mandingo, aunque  si que  tienes que trabajar y todo, que es algo que se trata de evitar, mayormente. El trabajo cansa, que escribía Cesare Pavese.

Luego criticaban a la Inquisición pero este instrumento de tortura, ideado por  ellas para que estés casto, enamorado y que las adores, es retorcido y deliciosamente cruel, aunque a ellas se les moje el coño  con él, con su penetración y se corran una y otra vez. Qué será lo próximo que inventen estas crueles chicas del siglo XXI, te puedes preguntar pasando mucho de Sartre.

Son las 06: 32 de la madrugada y creo que  Sartre se equivoca y no hay que escribir al correr de la pluma ya que  te puedes quedar solterón, como siempre me han augurado los listos, porque  como estas locuras no las corrija y acaben en  el libro van a comprobar que no estoy loco. O al revés, que no recuerdo  lo que dije en la entrevista del Mirador. Sí, que expongo mis  locuras para que no se note que estoy loco.

Jaquetona en jarras
Pero habrá que expurgar, borrar, recortar y deslindar porque si no, me va a quedar muy guarro. Aunque no soy yo, sino el madurito protagonista  que descubre que es impotente y las delicias de serlo, ya digo, por lo que cuando las crueles chicas le meten las pastillas azules en la boca para hacerlo trabajar, las esconde debajo de la lengua y luego las escupe, por no tener que volver a currar, mayormente. Y porque le gusta el placer morboso de la castidad y ese orgasmo femenino y cerebral que dura y dura, porque no se corta abruptamente, como el otro.

Son las 06: 45 y me voy sin leer la prensa porque esto va muy largo y estoy cansado. Y además no me explico  cómo es posible que haya empezado hablando de Sartre y el existencialismo y haya terminado  por la castidad, los azotes en el culo, las delicatessen perversiones y otras hierbas. No estoy bien de la cabeza, sabe usted. Pero sigo escribiendo al correr de la pluma, sin hacer frases, como recomendaba Sartre, Jan Pol sí.

Buenas noches y buena suerte

Agenda: Comprar helado, si han venido (Dia) Caminata con mi hermanica a las 09:30. He dejado de fumar.

Mobusi