Antonio F. Marín: Eres una puta

13 de julio de 2016

Eres una puta

En Pamplona han detenido a otros tres individuos por tocamientos en los San Fermines y suma y sigue. Parece que hemos bajado del árbol, pero algunos todavía siguen en él con sus plátanos y sus cosas. Los bonobos, al menos, piden permiso y utilizan el sexo para sus relaciones sociales, pero de una forma más civilizada que nosotros.

Hace ya unas décadas de aquella época sombría en la que los españoles se escapan a Perpiñan para ver El ultimo tango en Paris; una peli que hoy podrían ver los adolescentes, pero ahora con libertad para obrar parece que seguimos peor. Entonces se formaban colas en las fronteras porque existía censura en el cine y las revistas y los españoles eran esos seres bajitos, cabreados, reprimidos y obsesionados con la muerte, según la definición de algún extranjero.

Hoy son altos, bien alimentados y con estudios, pero se comportan tal cual. O peor. Ahora son normales los clubes de intercambios de parejas o las parejas abiertas en las que cada uno puede acostarse con quien quiera,  contándoselo siempre a su pareja. Y otras formas de relaciones que van desde la D/s a la bisexualidad. Y no pasa nada. En las capitales porque en los pueblos a cualquier

persona que practique algo que no sea el misionero los sábados por la noche  es calificada de puta o cabrón, sin más miramientos.

Es la hipocresía producto de la incultura, pero resulta que la mayor parte de los ciudadanos tienen estudios y se siguen comportando como paletos.  Se han normalizado las relaciones gais, nos ponen como ejemplo en el mundo de tolerancia, pero hay otros tipos de relación  que siguen en el armario. Si una pareja inteligente, sensata y con el consentimiento de ambos decide vivir las D/s (o Female LED-Relationship) como estilo de vida, por ejemplo, automáticamente el marido es clasificado como calzonazos. O peor.

Y si practican el intercambio de parejas es porque ella es puta. O si la chica es sumisa...ni te cuento, limeño. Sobre todo en los pueblos donde la civilidad parece que no llega, pese a que en Internet hay información sobre todo tipo de sexualidad que hay que respetar siempre que no se le haga daño a nadie. Me fui de Cieza hace décadas huyendo de los medianías y viajé, me equivoqué, acerté, hice locuras,  viví la vida como me dio la real gana y aprendí. Ahora que estoy de vuelta para pasar la vejez noto que esto ha cambiado muy poco.

Y lo más curioso es que son las mujeres las más criticas. Lo ha comentado la periodista Carmen Chaparro en una columna y se ha montado la follasca, cómo no. Carmen basa su articulo en un estudio británico que nos advierte de que la mitad de los mensajes de odio que se lanzan contra las mujeres en las redes sociales están escritos por otras mujeres. Por eso Carmen Chaparro, a la que no veía y leía desde hace años, advierte en su columna en El Mundo Yodona  del machismo  entre las propias mujeres y de cómo ellas  son sus peores enemigas, protegidas por el supuesto anonimato que dan las redes sociales. Por su interés reproduzco casi literalmente parte de él porque razón no le falta a la chica.

Afirma Carmen Chaparro que la mujer es una puta para la mujer. Literalmente. La mitad de los mensajes de odio que se lanzan en redes sociales contra las mujeres tienen su origen en otras mujeres. El Centro de Análisis de Redes Sociales de la organización británica Demos inició un estudio para averiguar quién insulta a las mujeres en Twitter, añade Carmen, y en  tres semanas, 80.000 mujeres recibieron 200.000 tuits insultantes, solo de tuiteros del Reino Unido. Cada 10 segundos alguien en las islas británicas llama puta o zorra a una mujer con perfil en Twitter. Lo relevante del estudio es que la mitad de las personas que llaman puta o zorra a otra mujer son... mujeres. Nos atacamos a nosotras mismas de una manera que da miedo.

Señala Carmen que  los  expertos que han elaborado el informe alertan de que se debería empezar a tomar medidas -a nivel público y político- para prevenir este discurso del odio contra las mujeres en las redes sociales. Empezando por las propias mujeres, claro, -añade la periodista-. Y de lo de feminazi mejor ni hablar. Si las estadísticas pudieran extrapolarse, también aquí en España serían mujeres la mitad de esa masa de insultadores misóginos, concluye Carmen. El articulo no tiene desperdicio y creo que tiene razón.

La peor enemiga de la mujer es la propia mujer, se ha dicho siempre y conozco casos en los que una madre, pongamos por caso, ha rechazándo a la novia de su hijo porque él, su adorado querubín   se merece mucho más que esa puta con la que sale. Como suena. O criticas entre las chicas que toman café en una terraza que son más crueles que la de los propios hombres. Yo mismo he hecho caso a algunos comentarios que sabía que no eran ciertos. Y estoy muy arrepentido porque conozco a esa persona y sé que es íntegra y ejemplar. Pero uno no es perfecto y de tanto atacarte y hacerte daño, año tras año,  llega un día que explotas. Y te comportas como un perfecto gilipollas. Lo siento, aunque ya no tiene remedio.


Son las 07:08 y el mundo sigue girando, la ciudad despierta y vuelve la normalidad a este pueblo que no es normal. Y se dice esto porque ahora que necesitaba ir a la biblioteca para corregir, tachar y recomponer, no puedo hacerlo porque el aire acondicionado está roto. Cuesta 11.000 euros y no hay dinero. Estamos pagando todavía la sentencia de Migaseca como antes pagamos el parque Príncipe de Asturias. A precio de oro por la ineptitud de nuestros mandamases.

La prensa: igual que ayer. Nuestros políticos siguen trabajando por el bien común (de sus sillones) y continúan con la danza de los pactos, ahora bailo contigo, ahora no que aquel me ha ofrecido más. Corto y cierro que esto se me ha ido muy largo. Por cierto: también dicen que las mujeres se visten y arreglan, para sobresalir entre ellas y no para satisfacer a su pareja. Pero esa es otra historia que merece comentario aparte.

Buenas noches y buena suerte.

Agenda: Mercadillo con mi hermana. Terminar de una vez de ajustar Windows 10 Insider.

Mobusi