He recibido un correo de una chica que me censura por haber escrito que tengo la fantasía de meterle mano a mi mujer mientras cocina la cena. ¿Por qué ha de ser ella la que cocine y no tú?, me he preguntado ella muy bravucona en sus argumentos y razones. Joder, porque es mi fantasía y no la tuya. En tu fantasía pones a ese novio chuchurrío que tienes como tu quieras, por ejemplo, desnudo con un delantalito de doncella francesa para que te cocine mientras tú le metes mano, pero deja a los demás que fantaseen lo que quieran. Porque esa fantasía que yo citaba parece que es muy común en los matrimonios, se conoce que porque al tener ella las manos ocupadas con las croquetas no puede desasirse de las caricias, déjame tonto, te dirá con un mohín mientras tú le rozas los pezones con las yemas de los dedos, le das unos livianos pellizquitos y bajas la mano hacia la braguita para meter el dedo en su rajita y encontrártela húmeda, mientras ella sigue con los mohines para que te estés quiero, tonto, déjame que se me queman las
berenjenas ¿? y tú le besas el cuello, le das un liviano chupetón, le dices que la quieres y notas en tus manos que la muy zorra se ha corrido. Entre fogones. Ni el Arguiñano, oyes. Aunque no pueda ser, claro, porque ahora las chicas ya no cocinan y es difícil pillarlas con las manos en la masa, digo en el fuego, digo en el microondas. Ponen el maldito aparato y se van. Es imposible. Porque si tú le sugieres que se quede mirando el microondas, ella se podría decir: ¿Qué hago yo aquí agachada mirando el microondas mientras éste me mete mano? No es posible. Para que se quedara tendrías que engatusarla asegurándole que dentro está Jude Law porque entonces si que se queda allí mirando mientras tu procedes. Se supone, claro, porque esto del microondas no es muy de ley, sabe usted, y habría que suprimirlo porque a mí no me entra eso de meter en una fantasía sexual semejante máquina y es obvio que se están perdiendo las buenas costumbres, las de toda la vida, las de meterle mano a tu mujer mientras cocina porque con tanto avances técnico, con tanto progreso, se están perdiendo las buenas maneras. Me estoy haciendo conservador, cosas de la edad. Pero es mi fantasía mando yo (incluido el uniforme correcto para que ella use el microondas), porque como sigamos así vamos a tener que crear el Tribunal Políticamente-Correcto de las Fantasías. Pongamos que decimos: meterle mano mientras va a la compra, que es más políticamente correcto.