Antonio F. Marín: Yo iba para campeón del mundo...

29 de abril de 2005

Yo iba para campeón del mundo...

El diario El País ha convocado un concurso de relatos breves para sus lectores en el que, como es natural, no voy a participar. Hace años que decidí no apuntarme más a ningún concurso literario y lo he cumplido. Y lo cumpliré, pero me ha picado el asunto porque esta semana ofrecen escribir sobre el deporte. Y te dan el pie para que empieces: “Yo iba para campeón del mundo…”. Vale. “Yo iba para campeón del mundo…y me quedé en inventor de chinchetas. Me explico. Yo iba para campeón del mundo de salto de longitud, pero tenía que marcar mis saltos con chinchetas porque no tenía dinero para instalarme un foso en el asfalto de mi calle. Es que no es fácil instalar un foso en tu calle. Los vecinos se quejan e incluso algunos conductores que se precipitan al foso se mosquean. Y mucho. Tú puedes ampararte en el espíritu olímpico y todo eso, pero se conoce que ellos no han oído hablar de él. Pero decía que yo iba para campeón del mundo de salto de longitud…, y me quedé en inventor de chinchetas porque como no tenía foso ni posibilidad alguno de construirlo en el asfalto, tuve que recurrir a marcar los saltos con chinchetas y aquí vino el problema porque al clavarlas en el asfalto se me doblaban. Qué hacer, me dije rascándome el cogollo por si alumbraba alguna idea novedosa que me permitiera solventar aquel problema, hasta que llegué a la conclusión que lo mejor era inventar una chincheta reversible; es decir, una chincheta que se pudiera clavar por los dos lados, que fuera versátil, con las evidentes ventajas que ello supone porque si se me escacharraba por un lado al clavarla en el asfalto me quedaba libre la otra parte para clavarla. Genio que es uno, que me lo tiene dicho mi ti Enriqueta que dice que soy el sobrino más listo que ha tenido. Así que apunte la idea en una servilleta y la lleve a patentarla, aunque el responsable del asunto se negó en redondo a registrar mi proyecto de chincheta reversible con la peregrina excusa de que no era practicable semejante idea. Una chincheta que se puede clavar por los dos lados no es factible, me dijo el hombre, porque al poder clavarse por los dos lados duran más, se gastan menos chinchetas, venderás menos, el negocio no seré rentable y ninguna empresa querrá fabricarlas. Así que no. Yo iba para campeón del mundo, decía, …y tampoco pude ser inventor de chinchetas".

Mobusi