Antonio F. Marín: Mear más lejos que nadie

10 de mayo de 2005

Mear más lejos que nadie

Nunca más la opción totalitaria, nunca más el horror, nunca más el crimen por el crimen, nunca más la guerra de la locura” , ha declarado el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, en el campo de Mauthausen de Alemania, antes de venir a España para seguir dialogando con los totalitarios que han asesinado a 800 personas por no pensar como ellos y que han convertido el País Vasco en una sociedad víctima del horror y del crimen mediante el terrorismo de la locura. Todo sea por la paz; por esa paz que estaba a punto de alcanzarse merced al Pacto por el Terrorismo y Ley de Partidos que firmaron PSOE y PP. Yo espero que lo consiga, pero me da el barrunto de que aunque en primera instancia consiga apaciguar el cotarro, es probable que vuelva a alborotarse a largo plazo porque el objetivo de los partidos nacionalistas es la independencia y no que les den sopitas y cariño para que sean buenos y acepten quedarse con el abuelito, a cambio de la paga del fin de semana. Ellos quieren ser independientes. O mejor dicho: no ser españoles. Ser cualquier cosa menos españoles. Nos odian, supongo que aquejados de algún complejo patológico que también afecta a muchos españoles que se avergüenzan de serlo, de reconocerse como tales y de decir, por ejemplo, que aman a España como los ingleses, franceses, italianos y alemanes reconocen que aman a su país, para lo bueno y para lo malo, que de todo hay en la viña del Señor. Sin complejos ni vergüenzas. Y uno los envidia, claro, pero ya que nos ponemos a ver quién es más moderno y progresista, he de advertir que yo meo más lejos que nadie porque soy un férvido partidario de darle la independencia a vascos y catalanes. Y cuanto antes. Independencia para ellos y para nosotros, con el fin de que podamos negarnos a comprarles sus productos y que la independencia se la paguen ellos, que corra a sus costillas, porque estos son de los que se independizan y se van de casa pero te traen la ropa para que se la laves. Y no pasará nada, porque me parece que los españoles que se oponen a la independencia del País Vaco y de Cataluña son como aquellos que en la Transición se oponían al divorcio porque tenían miedo de que se destrozara la familia. No se ha destruido a la familia y no se destruirá España. Se supone, claro.

Mobusi