Sexo y ceguera

Dicen que la multinacional Pfizer (pronunciarlo bien tiene premio) va a incluir el riesgo de ceguera en el prospecto de Viagra. Por qué. No lo entiendo. Quedarte ciego tiene sus ventajas porque cuando te acuestas con ella no tienes que inventarte retorcidas excusas para tener apagada la luz. Lo haces a oscuras y te duermes sin más pamplinas. Una bendición. Es que con eso de que las chicas de ahora sólo quieran sexo y más sexo, lo de echar un polvo se ha convertido en un trabajo, forzoso, porque además en verano sudas y en invierno tienes que sacar el culo fuera y te resfrías. Y con lo de la Viagra tienes la excusa perfecta y cuando ella se pone tierna y mimosa, tú le dices que te has quedado ciego por culpa de la Viagra y a dormir. Lo siento, cariño, pero es que me acabo de quedar ciego; la Viagra, ya sabes. Es que a mí me da igual que estés ciego, te dirá la muy egoísta porque ellas, con tal de follar, son capaces hasta de hacérselo con un pobre ciego. Hombre, le razonarás tú, es que es complicado hacer el amor contigo porque me he quedado ciego y no nos cabe el bastón en la cama y además, no creo que pueda acariciarte en braille. Excusas, que eres capaz hasta de quedarte ciego para
no hacerlo conmigo, te dirá ella gimoteando. Y no es cierto, porque si andas ciego no puedes ver posturitas “upskirt” muy perversas y excitantes como la de la foto de arriba, lo que ocurre es que a uno eso de hacer el amor (follar, para entendernos) lo cansa mucho porque después de hacerlo siempre me duelen los riñones. Una vez fui al médico, a instancias de la novia, porque decía que me quejaba y así no se excitaba. Yo, doctor, no me puedo excitar con tanto quejío, le explicó ella que era andaluza y que a veces se ponía un body de encaje con volantes que parecían un traje de faralaes. Es que al hacerlo me duelen los riñones, me excusaba yo, porque que con ese body de volantes que ella gasta no me pongo, sabe usted, y tengo que hacer más esfuerzos. Y mucho más aún con el que tiene de lunares.