22 de julio de 2005
Nacionalistas de secarral
Han aparecido en la región de Murcia los "nacionalistas de secarral" que amparados en la caverna y la reacción, se suelen acoger y recoger en un "Foro Ciudadano de la Roña y las Moscas" que aboga por el progreso sí, pero sostenible, que es como se llama al progreso de los demás, al progreso que no es "de los nuestros". Quiere decirse que como ellos tienen la legitimidad y patente del progreso y como la sociedad también progresa sin contar con ellos, todo aquel progreso que no controlan no es sano, no es sostenible y por tanto no es progreso. Y entonces Cataluña puede pedir agua del Ródano, hacer un trasvase del Ebro a Barcelona, crear campos de golf, parques temáticos o pistas de esquí para atraer a los turistas y crear riqueza, porque es progreso sostenible, pero el de los murcianos no es sostenible, porque no es progreso "de los nuestros", como el del ministro socialista
Montilla (lo de socialista es un decir) cuando viene a Murcia para inaugurar campos de golf con capital catalán (de la Caixa), pues ese progreso es sostenible, "de los nuestros" y el de los demás no. Los millonarios pueden progresar sosteniblemente pues sólo se les cobra el 1% de sus impuestos para que el progreso sea más sostenible y ayuden a crear empleo, sostenible, y a creer riqueza, sostenible, en sus cuentas corrientes sostenibles. Y además los amiguetes, como Polanco, pueden inaugurar en Tenerife campo de golf, resort con más de 5.000 camas turísticas y un puerto deportivo en una costa considerada de lo más valioso en términos ambientales de las que existen o existían en Tenerife (ver foto de arriba), porque es de "los nuestros" y por tanto su negocio de lujo es sostenible. En Murcia no se pueden construir puertos deportivos porque no los construye Polanco y por tanto no son sostenibles, como si lo es el que se ha construido Don Jesús en Abama, cerca de la Guía de Isora (Tenerife) con todos los parabienes de los ecologistas oficiales y de las autoridades ministeriales socialistas que no tienen cojones a negarle a él la concesión de una televisión o de un puerto deportivo. Caciquismo cañí del españolismo chulo, flamenco y bravucón, "usted no sabe quién soy yo".
Este "nacionalismo de secarral", decía, se basa en los siguientes mandamientos:
1º.- Todo progreso de los demás es malo, excepto el mío que es sostenible, muy sostenible, pues mi sueldo procede del Estado. Más sostenible imposible.
2º.- Las moscas son ecológicas
3º.- La roña protege la piel de infecciones oportunistas.
4º.- Lavarse el coño en el bidé es derrochar el agua, si consideramos que ahí mismo tenemos la palangana tradicional que además forma parte de nuestra Cultura.
5º.- Los campos de golf son malos per se, excepto si los inaugura el ministro socialista Montilla con capital catalán o los construye nuestro amigo Polanco.
6º.- La región de Murcia no se vende, excepto si se trata de mi finca en el campo, mi chalé en la playa y mi piso de 90 metros cuadrados que, como es natural, puedo vender cuando quiera porque son míos.
7º.- Los millonarios progresan sosteniblemente pagando sólo el 1% de los impuestos.
8º.- Polanco, nuestro amigo, progresa sosteniblemente después de que le hayamos dado una televisión en abierto, además del monopolio de la televisión de pago. Polanco puede progresar sosteniblemente y construir campos de golf, puertos deportivos y complejos de súper lujo en Abama, cerca de la Guía de Isora (Tenerife), pero los demás no. Los murcianos no.
9º.- Cataluña y Aragón pueden construir, edificar, instalar parques recreativos, pistas de esquí y atraer turistas que les proporcione riqueza porque su progreso es de los nuestros; es decir, sostenible; es decir, que nos sostenga a nosotros, porque tanto Cataluña como Aragón o Castilla la Mancha si que "están en venta" porque la vendemos nosotros. Murcia no se vende porque no la podemos vender nosotros.
10º.- Todos estos mandamientos se encierran en dos: Progreso sostenible es para los nuestros, para los demás es insostenible.
Pos Después.- Os voy a votar al uno por ciento, pero antes permitidme que me cague en vuestros muertos pisaos (insisto en que escupir sobre su tumba en plan Boris Vían me parece una cursilada).