Antonio F. Marín: Vendavales y braguitas

21 de julio de 2005

Vendavales y braguitas

El huracán "Emily" avanza hacia el golfo de México con vientos de 150 km/h y se dirige hacía la frontera costera entre México y EEUU, donde ya han sido evacuadas 15.000 personas. Son molestos estos huracanes. Y algo pesados. A mí no me gustan los huracanes porque son muy fastidiosos y lo que me van más son los vendavales que además de no causar daños irreparables, te permiten pasártelo muy bien porque le levantan las faldas a las mujeres y se le ven las bragas en una genuina escena "upskirt", aunque como las lleven verdes, como la de la foto, mejor que no haya vendavales, la verdad. A mí es que no me gustan las bragas verdes y recuerdo que una vez que conseguí echarme novia le pregunté si ella gastaba bragas verdes y se enojó muchísimo. Se puso de morritos. Es que como ellas son tan falsas si no le preguntas antes, te puedes llevar un disgusto y más vale prevenir que curar. Eso dicen. Yo una vez fui a una agencia matrimonial y le dije a la chica que atendía que el perfil de mujer que buscaba era el de una mujer bajita, culona, con cadera ancha, cintura estrecha, pantorrillas gordas y pezones oscuros. Y que no gaste bragas verdes, añadí previsor, porque no te puedes fiar. Pero los vendavales pueden ser
divertidos, decía, porque les puedes ver las bragas a las chicas y te diviertes mucho cuando ellas se ven en la tesitura de tener que elegir que quieren salvar: la falda en su sitio o su peinado. Es muy divertido. Lo que ocurre es que no hay vendavales todo el tiempo y por eso, cuando era pequeño y con el fin de suplir esta carencia, soplaba mucho para levantarles las faldas a las chicas y me pasaba todo el día sentado en el portal de mi casa soplando en cuanto pasaba una mujer con falda. Pero me faltaba fuerza y mi madre me llevó incluso al médico para ver qué me pasaba. ¿No le come?, le pregunto el médico al verme. No, si comer si come, y mucho, lo que pasa es que como está todo el día soplando se me ha quedado que parece una raspa. Aunque los vendavales también tienen inconvenientes, decía, porque te impiden jugar a las cartas en el jardín porque salen volando, a no ser que las claves con chinchetas pero entonces no tiene gracia jugar al póquer porque cuando tienes que echar las cartas encima de la mesa para demostrar que tienes póquer de ases, has de desclavar primero las chinchetas y pierde su encanto porque no puedes sonreír a lo Errol Flynn antes de abrazar las fichas de la mesa para llevártelo todo. Con un vendaval tampoco puedes ir a votar porque a ver quién es el guapo que atina a meter la papeleta en la ranura de la urna. No aciertas ni con ayuda. Tampoco puedes ordenar los sellos de tu colección porque se te vuelan y si tu vecino también colecciona sellos, se mezclan y se los queda, que hay gente muy descarada que aprovecha los vendavales para completar su colección de sellos. No tienen conciencia.

Mobusi