Antonio F. Marín: Ojos oceánicos

14 de julio de 2005

Ojos oceánicos

Mi paisano Alejandro Valverde está haciendo un buen papel en el Tour de Francia. Eso dicen. No está mal, porque es la primera vez que participa, ha ganado una etapa, va quinto y es el primer español de la clasificación general. El acento que se le oye al hablar es de los murcianos de más al Sur, comarcano a las pedanías de Murcia capital, no confundir, por favor, que uno vive más al Norte, pegado a la Mancha, y habla de una manera menos acentuada. Pero a mí me gusta mucho el ciclismo, decía, aunque a veces no pueda seguirlo por la tele, en condiciones, porque recuerdo que una vez que tuve novia no podía verlo porque ella siempre me preguntaba cosas en el momento más inoportuno.
-He visto en un cartel que es el Tour de Francia, pero ¿es el de Francia o el de España?
- No, es el de Italia.
- ¿Lo ves?...ya no me quieres.

Días después me dejó porque decía que yo no la comprendía. Eso le dijo a su madre y eso me dijo su madre a mí: Es que no la comprendes. Pues no, la verdad es que no la comprendo, le contesté yo muy sincero. Pues vale. Lo dejamos. Yo me lo imaginaba porque uno es que es pesimista por lo natural, pues desde el primer día en que nací me di cuenta de que este mundo

no iba conmigo. Primero porque te traen a un planeta que da vueltas. Podrían haberte traído a un planeta normalito, que se esté quieto, pero no, a uno que da vueltas. Son caprichosos. Eso para empezar. Luego te dan teta y cuando más interesante está la cosa te la quitan. De golpe. Y si una vez crecido se te ocurre reclamar teta te dan un guantazo. No se aclaran. Luego sigues creciendo y los mayores hacen las cosas sin consultar contigo. Te llevan al colegio, te traen del colegio, te dan de comer, te llevan al colegio, te dan la merienda, te bañan y te acuestan. Y mientras estás en la cama te cuentan cuentos y se te quedan mirando porque se conoce que están esperando el aplauso por lo bien que lo han hecho. Luego te cuentan cosas increíbles que hacen alusión a un "ratoncito Pérez" gilipollas que cambia dientes podridos por dinero. Se han creído que tú eres tonto y que los ratones son idiotas. Y luego lo de la cigüeña, ese cuento de que una cigüeña puede aguantar en el pico a un niño que pesa cuatro kilos. Amos anda. Todavía no has crecido y los mayores ya te toman por idiota. Y también lo de los Reyes Magos que te traen carbón si eres malo, cuando resulta que debido al precio que están alcanzando los productos energéticos, vale más el carbón que ese tren a pilas que nunca funciona. Te obligan a ser malo para hacer negocio. Luego creces y te echas novia buscando la teta perdida, pero entonces ella te dice que nasti de plasti forever on ever and never; es decir, que de teta nada porque tienes que valorar su inteligencia. ¿Del 0 al 10, o del 1 al 5?, le puedes preguntar tú a la niña para tratar de valorarla. ¿Te puedo poner un muy deficiente o hay que poner que progresas adecuadamente? ¿Y si eres tonta qué hacemos?...Porque esa es otra: todas ellas se han creído que son Madam Curie y como obviamente no lo son condenan a las tontas, o a las menos listas, a hacerse un dedo. Si lo principal es valorar la inteligencia de la mujer resulta que sólo pueden follar las listas y las tontas quedan obligadas a meterse pepinos. Y perdón por la grosería, pero es que poner aquí "condenadas a meterse una herbácea de la familia de las cucurbitáceas", me parece que no procede. Así es que el que las entienda que las compre (a la mujeres, no a los pepinos). Yo seguiré apreciando la belleza interior, como la de la foto, que tiene unos ojos oceánicos para tirar en ellos mis tristes redes (Neruda).

Mobusi