Fiestas patronales

Han comenzado las fiestas patronales en Cieza, mi pueblo, aunque a mí no me dicen nada. Perdida la niñez, perdida la inocencia, y ya no nos compran juguetes de cartón en las casetas, ni nos agenciamos polvos pica-pica. Las turroneras ya no ocupan la amplia calle y los caballitos se lo han llevado a las afueras. Ya no nos queda nada, porque incluso los cohetes explotan con pólvora mojada, las bandas de música tocan de falsete y las bombillas han encogido hasta lo minúsculo y parecen de mentirijillas, de Hansen y Gretel. Todo se ha ido con la infancia. Tengo que tomarme el Prozac. O buscar una foto que me anime. Y comprarme una barra de turrón.