Antonio F. Marín: Cuatro gotas

2 de septiembre de 2005

Cuatro gotas

El Gobierno ha aprobado la creación del Observatorio de la Sequía y a mí me parece una decisión encomiable porque con el catalejo del Observatorio se pueden ver si vienen o no vienen nubes y avisar para que la gente ponga cazos y palanganas para recoger el agua. Es que la sequía es muy dura y es probable que estemos mucho tiempo pasándolo mal porque cuando llueve sólo caen unas pocas gotas, contadas, que lo sé yo muy bien porque hace algunos días llovió por Cieza, mi tierra, y sólo cayeron cinco gotas. Sólo cinco. Y digo sólo cinco porque eran cinco, que las conté personalmente una detrás de otra: una, dos, tres, cuatro y cinco, pues yo sé contar muy bien y en el colegio me dieron un premio y todo porque llegaba hasta diez de seguido, sin saltarme ningún
número. Así es que sé contar muy bien, decía, y además me satisface mucho ser riguroso y por eso, cuando acabé de contarlas y llegué a la convicción irrefutable de que era cinco me enfadé mucho con un tipo que pasó por allí y que comentó que lo que había llovido no servía para nada porque sólo habían caído cuatro gotas. ¡Cuatro gotas?... Ves tú, ya tenemos otra. Es que te provocan, sabe usted, lo hacen a posta, van buscando camorra, porque cuando tú sabes que han caído cinco gotas y no cuatro, porque las has contado de una en una, tienes la recia certidumbre de que son cinco. Y no cuatro. Está contrastado. Pero el tipo aquel siguió comentando que habían caído cuatro gotas y cuando le afee su actitud manipuladora pues era de rigor científico que habían caído cinco, va y me dice que me la cojo con papel de fumar. ¿El qué?, le dije yo algo mosca, ¿qué me cojo yo con papel de fumar?..., ¿la gotas? Porque es que encima se pitorrean de ti pues hasta el más tonto sabe que una gota de lluvia no se puede coger con papel de fumar. Ni por asomo. ¿Te estás quedando conmigo?, le pregunté yo. Bueno, en realidad le dije ¿te estás quedando “witz me”?, así, en inglés, para impresionar más porque tengo yo sabido que estos chulos en cuanto oyen a alguien hablando en inglés se creen que andan con alguien muy principal y se acojonan. Y él me dijo que no, que no se quedaba con nadie porque tenía prisa y se tenía que ir. ¿Vas a buscar la gota que te falta?, le pregunté yo apoyando mi mano en la pared y haciéndole un gesto con la barbilla que le he visto hacer a Errol Flynn y que impresiona, y mucho, porque no se volvió y se fue con viento fresco, digo con gota fresca, porque es que en esta vida si no te haces respetar te toman por idiota, sabe usted, que por un quítame allá esas gotas han caído imperios y se han producido crases en la bolsa.

Mobusi