Dice Silenciosa y Mortal, (la chica venezolana que ocupa el cuarto lugar del concurso de blog), que Ámsterdam es la meca de los fetichistas pues en su reciente viaje ha visto allí a muchas chicas con minifalda montando en bicicleta y se les ve todo. Pues no lo sabía. Conocía lo de las bicicletas y los tulipanes, pero de eso de las chicas pedaleando con minifalda no tenía noticias y se agradece la información turística. Creo que cuando me case programaré mi viaje de novios para ir a Ámsterdam y ponerme allí morado. Aunque no hay que irse a Holanda para ver unas braguitas bajo la falda ya que sólo hay que tender la trampa adecuada para que las chicas caigan en una escena “upskirt”. Yo suelo poner una escalera, como la de la foto de arriba, y espero a que una chica se suba para verle las braguitas. Hay que tener paciencia, claro, porque ya nos tiene dichos los proverbios chinos, o árabes, que el colmo de la paciencia consiste en poner una escalera y esperar a que una chica con minifalda se suba a ella con el fin de verle las bragas. Y los árabes y los chinos saben mucho de esto de decir frases marmóreas. Así que se trata de eso, de dejar la escalera para que las chicas caigan porque ya se sabe que las mujeres son muy fisgonas y cuando ven una escalera se encaraman a ella por si desde allí arriba pueden ver a Brat Pitt, por ejemplo. Yo tenía un amigo y colega en esto del fetichismo ‘upskirt’, que colocaba la escalera/trampa y un cartel
arriba con la palabra “rebajas”, porque según decía así todas las mujeres caían y subían. Yo no me lo creo porque ese truco de las rebajas es muy viejo y ellas no pican ya en él porque son muy listas, por lo que suelo echar mano de otra añagaza inédita que consiste en indicarles que en lo alto de la escalera pueden encontrar unos zapatos de Manolo Blahnik, los ”manolos” de la última temporada. O que allí arriba hay un chico monísimo que sí que baja la tapa del váter. O que allí arriba hay un extraterrestre con una paciencia infinita que las escucha y todo. O que allí arriba se encontrarán con un armario en el que cabe todo, absolutamente todo lo que ellas quieran meter. O que allí arriba hay un chico leyendo el periódico y ella lo podrá importunar, porque es sabido que las mujeres gozan, disfrutan y tienen orgasmos múltiples hablándoles a los hombres cuando ellos leen el periódico. O que allí arriba pueden estar hablando durante veinte horas seguidas y sin parar. No falla. Con estos cebos ellas se ponen en fila para subir y puedes entonces disfrutar viéndoles las braguitas. Sólo hay que tener paciencia y conocerlas.