Una sencilla canción de Francis Cabrel de esas que se han creado para ser tocadas con una guitarra sin más historias, añadidos o castañuelas. Y una canción que todos han versionado porque de “la quiero a morir” han hecho versiones Joaquín Sabina, Manzanita, Marc Anthony, Camilo Sexto o Richard Cocciante, pues ya se sabe que no hay tonto que no quiera pintarle unos bigotes a la Monalisa. Y ahora Sergio Dalma, cómo no, que ha puesto sus zarpas en ella para profanarla. Dejarla en paz, hombre, que es doncella.