continúa la precariedad en el empleo, que aumentan los muertos en accidentes de tráfico, que tenemos el déficit comercial más alto del mundo, que los españoles dedican el 57% del sueldo a comprar una vivienda, que se destina a mantenimiento de carreteras la mitad de lo que aconseja la UE, que estamos doce puntos por debajo de la media de Educación de la OCDE o que el beneficio empresarial ha crecido cinco veces más que los salarios… Pero lo que nos interesa es Superman. No importa que aumenten los abortos en un país presuntamente moderno donde hay máquinas de condones por la calle y se dan clases de educación sexual, porque lo que importa es que no aborten las ballenas, ni los linces. No importa que una de cada cuatro mujeres haya abortado ya anteriormente porque se usa el aborto como medio anticonceptivo, en un claro reflejo de una España profunda, inculta, lúgubre, cavernícola, paleta, macabra y siniestra que en vez de prevenir el problema lo aborta sangrientamente. La España de Zapatero, para más señas. La España de Machoman, el "justiciero de las mujeres". Aunque hoy sea el día de los Inocentes; de los inocentes que no han nacido y de los que todavía siguen fuera de sus casas debido a la chapuza e ineptitud de nuestros políticos que en vez de extrañarse a un país remoto para huir de la vergüenza pública, se enzarzan en ver qué ideología tenía Superman.
